El mallorquín Pep Lluís Martí, entrenador del Tenerife, aseveró ayer que los dos encuentros que le restan a su equipo son "importantes" porque está en juego "la imagen de la entidad" y porque quieren quedar "lo más arriba posible", al tiempo que destacó que pone "la mano en el fuego" por cualquiera de sus jugadores porque sabe que "saldrán a ganar los dos partidos", aunque no tengan nada en juego y el rival, como este domingo la Ponferradina, "esté peleando por la permanencia". De hecho, una victoria del Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López, unido a una victoria del Mallorca sobre el Córdoba, daría la salvación matemática a los rojillos, club en el que se formó el ahora entrenador de los canarios y que fue su equipo en sus últimos años como futbolista profesional. "Queremos dedicar un buen partido a la afición. Los jugadores quieren despedirse de los aficionados con una victoria y con un buen encuentro", concluyó.