Miquel Àngel Nadal no tiene ningún talento para el cargo por el que cobra una generosa retribución, pero en cambio es un excelente relaciones públicas. Este fin de semana tocó visita a Bulgaria para homenajear a Stoichkov y claro, no pudo ver el fiasco de Montilivi. Entre fiestas, saraos y partidos de su sobrino el manacorí no tiene tiempo ni para el golf. No se sabe si a su regreso de Bulgaria verá repetido el partido o tendrá el buen juicio de ahorrarse el deprimente espectáculo que ofrecieron los futbolistas que presuntamente ha fichado. Lo bueno es que un director deportivo florero no tiene ni voz ni voto para decidir fichajes. Lo malo es que el club está en manos de un hombre que gestiona veinte millones de euros pero no se atreve a tomar decisiones.
Una grave negligencia
El peso del apellido Nadal ha aplastado a Molango, que a este paso también corre el riesgo de convertirse en un consejero delegado florero. Está bien que mantenga en nómina al manacorí si cree que eso puede beneficiarle a nivel personal, pero es negligente que todavía no haya contratado a un director deportivo que sepa cómo confeccionar una plantilla competitiva y que anteponga el club que le paga el sueldo a su vida social. El propio Molango demostró en enero que no sabe fichar, así que el Mallorca va a pagar muy cara su imprudencia la próxima temporada, tanto si milita en Segunda como si lo hace en Segunda B. Decisiones, pocas y erróneas; postureo, todo el que quieran. El vodevil lo completa un presidente que ni está, ni se le espera.
El vestuario
En el vestuario tampoco hay un solo clavo al que agarrarse. Hay un técnico que ha tocado todas las teclas y con todas ha desafinado. Y unos futbolistas que han asumido su ineptitud y se han puesto en manos de sus rivales por la permanencia. Hace años que no se veía por estos lares a unos jugadores tan asustados, frágiles y derrotados. Hay ganas de que termine este tormento y de despedir a la gran mayoría de ellos. No se les recordará por nada, salvo por haber formado parte del peor Mallorca de los últimos veinte años. Ayer el sufrido mallorquinista contuvo el aliento pendiente del Almería, Ponferradina y Llagostera. A saber si los jugadores se molestaron en ver algún partido o hicieron como su director deportivo.
El tiro por la culata
El PP ha hecho un ridículo sin precedentes con el tema de las 'estelades'. Quería prohibirlas y lo que consiguió es que un juzgado de Madrid las legalizara de facto. Y encima exaltó los ánimos de los independentistas catalanes, que acudieron al Vicente Calderón con una cantidad masiva de banderas. La que armó el taco fue la delegada del Gobierno en Madrid, hija de falangista, que por supuesto no dimitirá. Pero nunca está de más recordar quién es esta gente que se esconde detrás de un cargo político.
García en el club
José María García charlará esta tarde en el club DIARIO de MALLORCA con Vicente Ferrer Molina, autor del muy recomendable 'Buenas noches y saludos cordiales'. Cita ineludible para conocer más acerca de un personaje tan controvertido como fascinante.
Las expectativas de nadal
Qué mejor que un cuadro exigente en Roland Garros para saber hasta qué punto Rafel Nadal está cerca de su mejor versión. Djokovic asoma en una hipotética semifinal, pero antes esperan previsibles duelos ante Fognini, Thiem y Tsonga. Un camino lleno de estorbos hacia la final para un tenista que no acaba de ser fiable, por mucho que su último cruce con Djokovic dejara buenas sensaciones. Por cierto que los tres grandes favoritos llegan a París con un título en tierra: el mallorquín en Montecarlo, el serbio en Madrid y Murray en Roma.
