El alemán André Greipel (Lotto Soudal), conocido como el "Gorila de Rostock" se mostró implacable para conseguir el triplete en la duodécima etapa del Giro de Italia disputada entre Noale y Bibione, de 182 kilómetros, una jornada de transición hacia la montaña de Los Dolomitas en la que el luxemburgués Bob Jungels (Etixx) mantuvo la maglia rosa.

Greipel, de 33 años, hizo honor a su segundo apodo, "Popeye", y se mostró imbatible, rubricando una tercera victoria que le puso en bandeja todo su equipo,con un trabajo lejano en el que impuso la ley del más fuerte. El alemán alzó los brazos con un tiempo de 4h.16.00, por delante del australiano Caleb Ewan (Orica) y del italiano Giacomo Nizzolo (Trek). Luego, en meta, anunció que abandonaba el Giro.

"Soy humano, no una máquina, y ahora toca descansar y preparar otros objetivos", dijo Greipel, quien no afrontará las etapas dolomíticas.

En la general no hubo cambios. Los favoritos no aparecieron en una etapa marcada para los "guepardos" del pelotón y se mantuvieron en sus plazas. Jungels conservó la maglia rosa, por delante del costarricense Andrey Amador y del español Alejandro Valverde (Movistar)., a 24 segundos y 1.07 minutos respectivamente.

La etapa más llana del Giro de Italia 2016 empezó bajo el diluvio y empapó al pelotón durante buena parte de la jornada, hasta el punto que los jueces pensaron en la posibilidad de neutralizarla. Dos hombres desafiaron el agua, los italianos Daniel Oss (BMC), un veterano, y Marco Maestri (Bardiani), neoprofesional y debutante.

Una fuga estéril, condenada al fracaso, pues era improbable que los esprinters dejaran escapar una oportunidad en la antesala de la montaña. Greipel quería el triplete y otros como el francés Arnaud Demare o el italiano Sacha Modolo estrenarse en la presente edición.

El grupo mantuvo a raya al dúo de cabeza sin grandes esfuerzos hasta que dio por finalizada la aventura a 26 kilómetros de la ciudad costar de Bibione, donde un circuito de 8 kilómetros al que había que dar dos vueltas iba a se el escenario de la batalla final por el triunfo parcial.

Con el grupo compacto comenzó otra etapa. Ahora sin lluvia, pero con los cuerpos húmedos del chaparrón de toda la jornada. José Joaquín Rojas (Movistar) apareció en cabeza para llevar a Valverde y Amador Andrey a posiciones de seguridad de cara a un esprínt que fue controlado desde lejos por el Lotto Soudal. Los hombres de rojo ejercieron el "ordeno y mando" por las calles de Bibione.

Un tren que no obtuvo apenas contestación del resto de equipos de velocistas. Lotto, con seis ciclistas tirando a bloque, llevó en butaca en todo momento a Greipel. Ritmo asfixiante. Nadie se atrevió a pasar al relevo de un grupo que dirigía el belga Tim Wellems, el ganador de la sexta etapa en Rocarasso, que dio una exhibición de fuerza.

En la recta de meta sucedió lo esperado, que apareció Greipel y despejó dudas. Ganó por K.O, sin debate alguno. Así superó a su compatriota Marcel Kittel, quien dejó el Giro con doblete. El "gorila" ya tiene en su palmarés 6 etapas en el Giro, 10 en el Tour y 4 en la Vuelta. Ahora, en la montaña, no le tocará sufrir. La montaña le manda a casa de antemano. "Estoy contento con las tres etapas ganadas, pero no tanto con dejar el Giro con el maillot rojo", dijo tras confirmar su marcha.

Los favoritos pasaron pagina en la jornada de aproximación a Los Dolomitas por las carreteras de la costa veneciana. Otro cantar les espera a partir de ahora.

Este viernes ya tendrán que afrontar la decimotercera etapa entre Palmanova y Cividale del Friuli, de 170 kilómetros. En el trayecto dos puertos de primera y una de segunda, éste último con la cima a 14 kilómetros de meta.