Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) logró en el Gran Premio de Francia que se disputó el domingo en el circuito de Le Mans, un doble objetivo cumplido, pues la victoria le sirvió para colocarse líder del Mundial. El mallorquín cuenta con cinco puntos de ventaja sobre sus inmediato perseguidor, Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V).

Lorenzo ganó de manera inapelable la carrera de MotoGP en Francia: fue líder durante los entrenamientos y también desde la primera a la última vuelta de la prueba, pero ese resultado no le bastaba para acceder a la primera posición del campeonato, necesitaba que su rival directo en ese objetivo tropezara y Márquez falló en la decimosexta vuelta.

El piloto de Repsol Honda fue el único que montó el neumático delantero con el compuesto más duro, lo que condicionaba su primera parte de carrera, pues esa goma tardaba más en calentar que la intermedia por la que optaron sus rivales, pero luego le garantizaba un mejor rendimiento en la segunda parte de la carrera.

Aunque no llegó a esa parte de la competición pues en la decimosexta vuelta perdió adherencia en el tren delantero de su moto en el mismo punto que el italiano Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici GP16) y ambos se fueron al suelo, bien es cierto que el gesto que protagonizó después el piloto de Repsol lo dice todo en cuanto a cuáles son sus objetivos para la temporada. Márquez saltó como un resorte tras caerse, en un acto instintivo para salir corriendo a buscar su moto, arrancarla y, aunque le faltaban trozos de 'carenado', acabar como fuese la carrera, sabedor de la importancia de cualquier punto al final de la temporada.