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Tenis

La tierra pone a prueba a Nadal

El mallorquín se examina a partir de esta semana en el Masters 1.000 de Montecarlo en el inicio de la temporada europea sobre arcilla - El manacorí llega a la cita monegasca en otro comienzo de año irregular

Nadal se dispone a sacar en un partido de un torneo sobre tierra batida de la pasada temporada.

El Masters 1.000 de Montecarlo, que se disputa desde hoy y hasta el próximo domingo, en el comienzo de la temporada europea sobre tierra, pone a prueba a Rafel Nadal. El tenista de Manacor, como ocurriera el pasado año, afronta su mejor tramo de la temporada con dudas. Su trayectoria en este 2016, hasta el momento, está siendo dubitativa, con más de una derrota sorprendente ante jugadores claramente inferiores. Pero rasgos del mejor Nadal se han visto en Indian Wells, donde alcanzó las semifinales, cayendo ante el imbatible Novak Djokovic.

A este partido se agarra el campeón de catorce grandes, sobre todo al primer set, en el que, por primera vez en mucho tiempo, fue capaz de plantar cara al serbio, cediendo en la muerte súbita. El segundo parcial ya fue diferente, cayendo por un claro 6/2.

El partido fue muy diferente al que le enfrentó al balcánico en la final de Doha, a principio de año, cuando encajó su derrota más abultada ante el número uno en un partido a tres sets, 6/1 y 6/2, en 73 minutos, en lo que era la final 99 de su carrera.

La gran decepción llegó en el primer grande de la temporada, el Abierto de Australia, cuando, de forma inesperada, cayó en primera ronda ante su amigo y compañero de dobles Fernando Verdasco en cinco sets. Los números de uno y otro explican el resultado final del partido. Noventa golpes ganadores para Verdasco por 37 para Nadal es el mejor dato para explicar el resultado final. Tras la derrota, la segunda de su carrera en primera ronda de un Grand Slam tras Wimbledon 2013, el mallorquín admitió problemas con su derecha, un defecto que ha mejorado.

Semifinales en Buenos Aires y Río, ambos sobre tierra, cayendo ante Thiem y Cuevas respectivamente, y primera ronda en Miami al retirarse en pleno partido ante el bosnio Damir Dzumhur por un golpe de calor, es el resto de torneos que ha disputado Nadal hasta su aterrizaje en Montecarlo, donde debutará presumiblemente el miércoles ante el ganador del partido entre el checo Lukas Rosol y el esloveno Aljaz Bedene.

Si Nadal es capaz de ser el jugador agresivo que se vio en Indian Wells es capaz de plantar cara a cualquiera. El mallorquín, que aspira en el Montecarlo Country Club a su novena victoria, ha demostrado que es capaz de lo mejor y de lo peor. Pero así como ha perdido ante jugadores muy por debajo de él en el ránking, también se ha mostrado contundente ante rivales de primer nivel, como Nishikori, Murray o Wawrinka. El único que se le resiste es Djokovic, de quien ha reconocido que ahora mismo es imbatible. No en balde, Nadal ha sucumbido ante el serbio en diez de los once últimos enfrentamientos, y no le gana desde la final de Roland Garros 2014.

Pero, como es costumbre en él, no quiere hablar de Djokovic hasta que se cruce en su camino. Antes deberá coger buenas sensaciones en una pista que se conoce como la sala de su casa. Sólo Djokovic, en 2014, fue capaz de ganarle tras ocho títulos consecutivos y 46 victorias ininterrumpidas. Tras Montecarlo, la semana que viene llega el Conde de Godó, y después Madrid y Roma antes de la gran cita de Roland Garros, donde el pasado año cayó en cuartos. Ante Djokovic, por supuesto.

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