El Atlético Baleares volvió de Madrid con el buen empate a dos que cosechó ayer, en el Cerro del Espino, ante el Rayo Majadahonda en el encuentro de ida de la final de la Copa Federación. Son Malferit dictará sentencia el próximo miércoles.

Tras unos primeros minutos de tanteo entre ambas escuadras, el conjunto blanquiazul se adelantó rápido en el marcador. En el minuto 8 Javi Casares batió al guardameta del Rayo de Majadahonda con un zambombazo desde la frontal. Poco le duró la alegría al equipo de Christian Ziege. Tan sólo tres minutos después del tanto balearico, Portilla erraba a puerta vacía, pero sería un aviso a los mallorquines de lo que en el minuto 14 sería una realidad. El delantero rayista puso las tablas en el electrónico tras rematar un rechace al palo de un lanzamiento suyo.

El partido entró en una fase con muchas alternativas. El Baleares tuvo la oportunidad de adelantarse de nuevo, pero el chute de Kike López se marchó deviado. En cambio el Rayo no falló. El lanzamiento de Joao se estrelló en el poste pero el rechace fue, de nuevo, para los madrileños, que mediante Rubén Blanco se adelantaron en el marcador.

Corría el minuto 22. A partir de ese momento el conjunto local estuvo mejor plantado en el campo. Portilla pudo ampliar la diferencia en el marcador tras una gran jugada combinada de los de Majadahonda. No obstante, el disparo del delantero se marchó muy alto.

Los mallorquines tuvieron una más cuando Jurado se plantó sólo ante el guardameta local, Miguel Ángel, que puso una mano salvadora para evitar la igualada.

El encuentro arrancó muy bien para el Baleares en la segunda mitad. A los tres minutos Rubén Jurado aprovechó un regalo de la defensa local para encarar al guardameta y batirle por bajo.

Tras este gol los blanquiazules se hicieron dueños del partido. Primero fue Wiemann quien lo intentó tras un centro del delantero andaluz, y acto seguido Jurado estuvo a punto de rematar un centro de Biel Guasp que fue despejado por la zaga local.

Poco a poco se fue diluyendo el dominio isleño y ambos conjuntos se alternaban la posesión en el centro del campo. A pesar de que los de la capital tenían mayor control de la posesión, eran los de Ziege quienes daban mayor sensación de peligro, aunque no conseguían poner a Miguel Ángel en claros apuros.

En apenas un minuto el Baleares tuvo dos ocasiones clarísimas. La primera la firmó Xisco Hernández tras una nueva pérdida de la defensa del rayo, aunque el lanzamiento del mallorquín se marchó a la izquierda de la portería. A la siguiente Casares se plantó ante Miguel Ángel, que volvió a salvar a su equipo a tan sólo diez minutos del final.

Sin más ocasiones, los primeros noventa minutos de la final de la Copa Federación llegaron a su fin con un valioso empate a dos para la escuadra mallorquina, que el próximo miércoles deberá hacer bueno este resultado en el partido decisivo que se celebrará en Son Malferit.