No soy asiduo a los videojuegos pero reconozco que me ´enganchó´ hace años el PC Fútbol, basado en la gestión deportiva de un club. El Atlético Baleares, por entidad y por historia, no es un club para jugar a la ligera como tampoco el capital del empresario alemán Ingo Volckmann, que está haciendo las cosas bien aunque esté mal aconsejado. Ayer se hizo el ridículo pero no ya por el 0-6 si no por la gran decepción de quedarse virtualmente fuera de la lucha por el ascenso a seis jornadas del final, con uno de los presupuestos más elevados de la categoría. No obstante, cero exigencia, aquí no va a pasar nada. Se añora a Gustavo Siviero. Con él, los jugadores sabían a qué jugaban.
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Análisis