Relajado y satisfecho tras superar con gran coraje al pujante Alexander Zverev, Rafel Nadal se refirió ayer a las "desafortunadas" declaraciones de la exministra francesa de Deportes Roselyne Bachelot, y pidió no convertir la polémica "en una guerra Francia contra España". "No queráis hacer de las desafortunadas palabras de una señora, una guerra entre Francia y España, que para nada es", afirmó el tenista.

"Sinceramente, amo Francia; amo el país donde he tenido más éxito de mi carrera. Siempre me tratan fenomenal allí. Por el hecho de que una persona o algunos más hayan dicho palabras desafortunadas, no vamos a matar a un país que conmigo se ha portado bien, la verdad", añadió.

Sus palabras llegaron una vez concluida su intervención en la conferencia de prensa de su victoria ante Zverev, y en respuesta a una pregunta de al respecto de si ser nombrado abanderado de España en los próximos Juegos Olímpicos, tal y como propone Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), sería una adecuada respuesta ante la situación creada por Bachelot.

La exministra acusó a Nadal de dopaje, sin pruebas y basándose en los meses que estuvo inactivo en 2012 por una lesión en el tendón rotuliano. "Se sabe que su famosa lesión, cuando estuvo parado siete meses, se debe en realidad a un control positivo", dijo.