El Palma Futsal vivió anoche una auténtica pesadilla en el Palacio Multiusos de Guadalajara. La más cruel posible, por mucho que delante estuviera el todopoderoso Movistar Inter. Los ocho goles encajados fueron un cuchillazo en la autoestima de un grupo que hasta ayer le había tocado vivir la cara más bonita de este deporte en este curso. La nefasta segunda mitad, en la que no salió nada, condenó a los de Juanito a volverse a casa en los cuartos de final de la Copa de España. Y eso que en la primera compitieron a un buen nivel, aunque sin el acierto de otras veces. No hay que olvidar que el rival es el considerado mejor equipo del mundo, plagado de internacionales, y que tiene diez veces más presupuesto que los isleños. La pena es que eso en otras ocasiones no se notó y ayer fue más que evidente. Los errores de concentración y la falta de intensidad se lo dejaron demasiado fácil a los de Jesús Velasco. Este resultado es de los que duelen de verdad, pero lo bueno es que hay margen de sobra para levantarse.

?La mejor noticia para el Palma Futsal en la primera mitad fue que seguía muy vivo en el partido. Los madrileños tuvieron una mayor posesión del balón, pero también es cierto que su circulación estaba muy alejada de la portería de Barrón. A los ocho segundos Taffy ya había dado el aviso a Herrero de que querían hacer daño. Si alguien sabe cómo se las gasta el Palma es el conjunto interista, que ya fue apeado en los cuartos de la Copa del Rey con un memorable gol de Pizarro. Anoche fue otra historia, pero los de Juanito dejaron algunos detalles que les han otorgado tanto prestigio en el fútbol sala nacional. Eso sí, Pola, Borja y Darlan lo intentaron, pero la defensa resistía. Hasta que Rafael Rato llevó el primer mazazo al centenar de hinchas baleares que estaban en las gradas. Un fuerte tiro de Rivillos fue despejado por Barrón, que no pudo parar el rechace que le había caído a los pies del brasileño. Inmediatamente después Chicho intentó sorprender, pero el portero estuvo en su sitio. El Palma empezó a bajar su nivel de intensidad y a ceder metros a un rival voraz, pero que se quedaba con las ganas de batir a Barrón, que demostró su talento en varias ocasiones ante Ricardinho y compañía. La más clara fue a tiro de Borja, que el portero despejó literalmente con la cara y después Vadillo puso la espalda para que el chut de Rivillos no entrara. Justo antes del descanso Chicho, otra vez, estuvo a punto de aprovecharse de un error de Herrero, que reaccionó a tiempo para tapar el tiro del andaluz. No obstante, el sueño se esfumó rápido en la segunda parte, que fue una auténtica tortura para el Palma Futsal. Y eso que empezó con un tiro al palo de Bruno Taffy, que ayer no estuvo nada entonado. En apenas tres minutos se tiraron por la borda todas las ilusiones. Fue el tiempo que transcurrió entre el gol de Borja, que culminó una perfecta triangulación y el de Darlan, que puso el 4-0 en el electrónico. El tercero lo había anotado Ortiz, tras una pérdida de balón de los insulares, que explicó perfectamente lo que sucedió en la segunda mitad. El Palma perdió intensidad y precisión, que se agudizaba con la presión del Movistar Inter, que demostró por qué es un monstruo de este deporte. El Palma dejó de existir y el resto solo sirvió para amargar todavía más la vida a los mallorquines.

?Rivillos, Daniel, Borja y Rafael elevaron la fuerza del puñetazo a un Palma que estaba absolutamente noqueado. Mejor olvidar este golpe lo antes posible. Queda mucho por vivir y esto solo debe quedar como un terrible accidente. La Liga y la histórica final de la Copa del Rey esperan con los brazos abiertos.