Poco a poco, Mario Mola se confirma como un valor seguro. Un deportista sin fisuras y escasos tropiezos. Buena muestra de todo eso la dejó ayer el mallorquín con una memorable victoria en la prueba inaugural de las Series Mundiales de triatlón, disputada en Abu Dabi. Una cita en la que exhibió su fortaleza especialmente en los diez kilómetros finales a pie, mostrándose muy superior a todos sus rivales, con una marca de 30:48 minutos, pese a verse obligado a parar en una área técnica con el fin de cumplir una penalización de 15 segundos.

"Sabía que tenía una penalización y me preparé mentalmente para ello, salí a correr lo más rápido que pude y cuando calculé que llevaba recuperados esos 15 segundos paré, explicó Mario Mola sobre su estrategia a la hora de cumplir la penalización, fruto de haber dejado parte de su equipación fuera de su cajón, tras completar el sector de natación.

Un serio contratiempo que el polivalente deportista de Calvià convirtió en una anécdota. Especialmente erigirse en el primer líder de las Series Mundiales, imponiéndose con un registro de 1:46.39 horas. Superando en el tramo final de la carrera a pie a Richard Murray, quien entró en meta a 10 segundos de Mario Mola, al completar los últimos 10.000 metros en 31:09. La tercera plaza fue para el portugués Joao Silva (1h.47:08), mientras Fernando Alarza (1h.47:17) y el mexicano Crisanto Grajales (1h.47:27) debieron conformarse, respectivamente, con el cuarto y el quinto puesto.

En la prueba se rindió tributo al fallecido Laurent Vidal. Un triatleta francés que finalizó quinto en la prueba olímpica de los Juegos de Londres y que en noviembre murió, a los 31 años, por un paro cardíaco. Tras el homenaje empezó la exhibición del gran favoritos. Todo un show a cargo de Mario Mola, quien finalizó la prueba de nado descolgado de la cabeza unos 25 segundos. Diferencia que neutralizó en la prueba de ciclismo, llegando a su final agrupado un pelotón de 55 hombres.

Mola apretó en los primeros cinco kilómetros a pie y, en solitario, logró una renta de 15 segundos sobre sus perseguidores. Justo el tiempo de su penalización, el que debía permanecer inmóvil. Entonces paró y su sanción finalizó justo cuando llegó a su altura el sudafricano Murray, junto a Silva y Alarza. Enrabietado, el mallorquín retomó inmediatamente la cabeza de la carrera, descolgando progresivamente a sus rivales, para presentarse en meta como claro vencedor.