Resulta curioso el criterio que en lo relacionado a la fiscalidad a aplicar sobre los premios de las carreras Premium mantiene nuestra apreciada Federación Balear de Trot, en contra del propio criterio que en su día acordaron y establecieron el Institut de l'Esport Hípic del Consell de Mallorca y la propia delegación de Hacienda regional, y que hoy sigue en vigor, según me consta por ambas partes.
El tema no es baladí. La calificación que de esta forma la Federació Balear de Trot concede a sus propios abonados es ni más ni menos que el de empresarios, o profesionales, del sector ganadero.
Y por ello están obligados a emitir una factura con el correspondiente IVA a la propia FBT por los premios o retribuciones que hayan obtenido por su participación y resultados en las carreras.
No deja de sorprenderme que en la
Federació Balear de Trot sus responsables se haya apartado del criterio del Institut Hípic sobre la defensa del sector equino y se asuma, y considere, que el mundo de las carreras de caballos al trote de las islas deba ser tratado como un sector profesional a todos sus efectos.
Después de estas consideraciones, la Federació también tendrá que dar cuenta al fisco autonómico de la compra y venta de los equinos, tanto en territorio nacional como intracomunitario. Todo un bullit del que, por el momento, solo sale ganando Hacienda. La institución de la que ahora ya sabemos que no somos todos. Y perdiendo salen los de siempre, els cavallistes. Los que ponen el dinero de su bolsillo para mantener el sector y su deporte. Una modalidad que aunque a lo largo del último lustro ha visto mejorada su forma de financiación directa, ésta sigue siendo insuficiente.
Los diferentes estamentos del trote de nuestra Comunitat Autònoma y la propia Federació no tendrían que obviar que el sector de los deportes hípicos en las Illes Balears está compuesto en su gran mayoría por propietarios y conductores amateurs y que su ámbito profesional es casi residual, por desgracia. Por eso, animo a la Federació para que consiga del actual Govern de les Illes Balears un reconocimiento y tratamiento especial para este malogrado sector. Y es que creo que desde el Govern nos deben una. Aunque eso sí, en la Federació Balear de Trot tiene que saber estar a la altura de las circunstancias.
