Pepe Laso se encuentra estos días en la isla, a razón de un clínic en Consell que impartió este pasado martes dirigido a entrenadores.
-Ha estado unos días en Mallorca para realizar una serie de actividades. ¿En qué han consistido?
-Por una invitación de Álex Pérez [exentrenador del Opentach Pla], he venido a conocer su nuevo club, el Consell, donde está iniciando un proyecto de baloncesto de jugadores jóvenes. Hemos entrenado un par de días con estos jugadores y luego hemos dado una especie de charla para entrenadores.
-¿Qué le parece el nivel de baloncesto en Mallorca?
-Siempre hay mucha inquietud. Creo que aquí se vive un baloncesto de tradición. La prueba es que han salido muchos jugadores jóvenes y muchas estrellas del baloncesto. Creo que la isla tiene vida baloncestística.
-Usted conoce bien a Álex Abrines, porque ha trabajado con él.
-Está en la elite del baloncesto español. Fue asombrosa su adaptación desde un baloncesto colegial a uno de alta competición. Los grandes jugadores no sufren en los procesos de crecimiento y Abrines es uno de los ejemplos más gráficos de pasar directamente de un baloncesto colegial a un baloncesto de elite.
-¿Lo ve en unos años en la NBA?
-Esas son decisiones que no sólo tienen que ver con la capacidad del jugador, sino con sus deseos. Todavía no sé si Abrines tiene ilusión de jugar en la NBA o no. Si tiene la ilusión de jugar en la NBA, jugará. El mejor ejemplo de esto es Sergi Llull, que pudiendo estar en la NBA prefiere jugar en el baloncesto europeo. Entonces Llull puede jugar en la NBA cuando él quiera, pero tiene que querer; y se tienen que respetar sus decisiones.
-Otro jugador al que usted conoce bien, porque ha trabajado con él este verano, es Edu Durán, que ahora juega en el Palma Air Europa.
-Es un jugador con capacidad para ser determinante en el alto baloncesto español. Está cerca de poder jugar en un equipo de liga europea. Todavía no, le quedan muchas cosas por aprender pero sí es un jugador claro de ACB, aunque algunas de sus virtudes todavía no han explotado. Si se queda donde está, es un buen jugador de LEB Oro y si tiene esa explosión, puede aspirar a cosas mayores.
-¿Le está sorprendiendo su rendimiento?
-No, no me sorprende. Es un jugador muy sencillo, en el sentido de que sus virtudes son muy conocidas y muy concretas. Es una ventaja para sus entrenadores porque tienen menos dudas. No me sorprende la confianza que le ha concedido Ángel Cepeda.
-¿Y el rendimiento del Palma Air Europa?
-Sí me sorprende que esté tan arriba en la clasificación porque para mí, en teoría, debía estar en el centro de la tabla y veo que está instalado un poco por encima de lo que yo creía que iba a ser.
-En Mallorca han salido muchos jugadores de elite, pero nunca ha tenido un equipo en la ACB, en la máxima categoría. ¿Qué le falta a la isla?
-Esa contestación la he aprendido muy rápida a lo largo de los años. Falta una persona. Alguien que reúna la pasión que suele tener el mundillo y que esté unida a dinero. Se tiene que dar un loco, como somos nosotros, y que tenga dinero, porque no se puede hacer un proyecto sólo con pasión; por desgracia, el dinero lo mueve todo y no se puede hacer un buen grupo sólo con dinero. Sólo con dinero no se entiende lo voluble que es el deporte. Entonces hay que unir la pasión por el deporte con el dinero. El día que aparezca esta persona, estoy seguro que aquí habrá un equipo de elite.
-¿Qué impacto tendría este equipo en la isla?
-Yo creo que Mallorca da para un equipo tipo Baskonia [Caja Laboral] y tipo Valencia, un equipo con aspiraciones de jugar, incluso, competiciones europeas. Pero insisto, se tiene que dar esa figura, si no existe esa figura los proyectos se quiebran y se cansan. Se tiene que unir el deseo con la pasta.
-¿Qué cree que tiene Mallorca para tener tantos jugadores de primer nivel?
-Creo que hay un factor fundamental que es la climatología. Aquí no cuesta trabajo jugar en verano entre amigos. Creo que la climatología y el nivel de vida hace que salgan jugadores. Es más fácil jugar al descubierto en verano y cuesta menos trabajo ir a entrenar que en ciudades de tres y cuatro grados bajo cero. Eso lo primero, luego no sé por qué la juventud, en las islas, es un poco más despierta. En Canarias también salen muchos jugadores. Hay un factor que no llego a descubrir cuál es. Hay algunas cosas que se me escapan.
-Su hijo Pablo está entrenando al Madrid. ¿Cómo está viviendo está temporada tan convulsa?
-Yo sobre los equipos que dirige mi hijo, ni vivo eufóricamente las victorias ni vivo los disgustos de las derrotas. Para mí, mi hijo vive una profesión en la que está garantizada la derrota y no siempre está garantizada la victoria. A consecuencia de eso, ni una cosa ni la otra me quita la vida.
