A la tercera, Jorge Lorenzo recibió el homenaje más cálido de su ciudad. El mallorquín, que el domingo se adjudicó su tercer Mundial de MotoGP, dio y recibió cariño en un acto que empezó con mal pie y acabó con más de dos mil quinientos aficionados -medio millar motoristas- rendidos al campeón.

El piloto de Yamaha ha vivido un final de temporada turbulento, con un Valentino Rossi que ha puesto en duda la legitimidad de su triunfo. Y nada más aterrizar en Palma se quemó parte de la pierna izquierda cuando dio gas a la moto que debía llevarle desde el aeropuerto hasta s'Hort del Rei, donde le esperaba un autocar descapotable que debía conducirle por un breve recurrido por el centro de la ciudad hasta el Consolat.

El incidente pudo ser más grave, pero se resolvió con un aparatoso vendaje y una inyección para calmarle el dolor. Un mal menor para lo que podría haber sucedido. "Es increíble. Nada más llegar me he quemado con el agua del radiador, ha sido una especie de pesadilla, me retorcía de dolor. Pero ahora estoy con mi gente, y no podría estar mejor", explicó el piloto, que ya suma cinco títulos de campeón del Mundo.

El palmesano está acostumbrado al sufrimiento, tal como recordó. "Corrí en Assen solo treinta horas después de haberme operado la clavícula. Si hice eso, ¿cómo no iba a estar hoy aquí celebrando el Mundial con todos vosotros?", se preguntó Lorenzo.

Fue, de largo, la celebración más emotiva y multitudinaria que ha protagonizado un deportista que siempre ha tenido una relación difícil con la isla. Pasó aquí sus primeros años montados sobre una moto, pero a los 14 se fue a Barcelona y marcó distancias con su tierra. "Me siento mallorquín. Este título es vuestro", reiteró Lorenzo para tratar de acortar esa distancia. Y esta vez lo logró, a juzgar por la reacción de un público entregado desde que aterrizó en Son Sant Joan.

Superado el incidente con la moto -tuvo que ser atendido por los servicios médicos del aeródromo- Lorenzo llegó en coche hasta S'Hort del Rei, a los pies de la Catedral, e inició un recorrido abreviado hasta el Consolat. Allí fue recibido por las autoridades de la isla, encabezadas Francina Armengol. "Tengo que empezar por lo evidente. Eres un crack", le espetó la presidenta del Govern. "Has cimentado tu éxito desde aquí. Decidiste conquistar el mundo y lo has conseguido", elogió la jefa del Ejecutivo autonómico.

La multitud agolpada a las puertas del Consolat recibió a Lorenzo con una ovación atronadora cuando el campeón salió al balcón. Gritos y rugir de motores acompañaron al mallorquín en su homenaje más sentido.