En el Institut de l'Esport Hípic del Consell de Mallorca se ha abierto una investigación, mediante la revisión de las grabaciones de sus cámaras de vídeo vigilancia del Hipòdrom Son Pardo. El objetivo de la medida es descubrir la identidad, y depurar responsabilidades, de quien presumiblemente, a principios de semana, pintó cruces rojas sobre las puertas de las dos cuadras que emplea en la zona sur de la instalación hípica el propietario de caballos Miquel Durán. Dos boxes, de uso individual, que presentan la númeración 13 y 23.
Coincide que el mismo usuario, y su compañera -ambos agentes de la Policía Local de Palma-, han sido avisados las últimas semanas de que se les acusa falsamente de ser los autores de la llamada telefónica que en enero de 2013 permitió a DIARIO de MALLORCA descubrir y publicar la noticia de la brutal "muerte a palos" del caballo Sorky das Pont, en el interior del Hipòdrom de Manacor.
La información, y el seguimiento del caso en exclusiva por este diario, llevó al Servicio de la Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) a tomar cartas en el asunto e iniciar el proceso judicial que el pasado 9 de octubre concluyó con el ingreso en prisión de Eugeni Sánchez María. Un copropietario de Sorky das Pont que desde un principio se declaró autor de los garrotazos que acabaron con la vida del equino el 30 de diciembre del 2012 en una de las zonas de cuadras del Municipal, después de que el caballo finalizase una carrera distanciado, tras galopar desde la salida.
Con su entrada en prisión, por orden de la magistrada juez de ejecutorias del Juzgado de Instrucción número 8 de Palma, María Jesús Campos Barciela, Eugeni Sánchez María se convirtió en el primer condenado en España por maltrato animal que cumple pena de cárcel. Y su caso se ha convertido en toda una sensación mediática a nivel nacional, con eco incluso fuera de España.
Miquel Durán relaciona las falsas acusaciones formuladas en su contra recientemente por el caso Sorky das Pont, con la aparición esta semana de las intimidatorias cruces rojas pintadas sobre las puertas de las cuadras de su uso. Una especie de amenaza fantasma, con tintes tan ridículos como "intolerables".
Contra bienes de uso público
"No podemos permitir actuaciones que vayan en contra de la instalación y de sus usuarios. No entro, ni salgo, en quien pueda ser y los motivos, pero vamos a intentar dar con él con las grabaciones de nuestras vídeo cámaras de seguridad", explicó ayer el presidente del Institut de l'Esport Hípic del Consell. Un Jaume Albert Ramis que negó que la instalación de nuevas cámaras estos días en Son Pardo guarde relación alguna con la investigación en curso.
