La investigación sobre la Operación Cabriol no está cerrada. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) sigue con sus pesquisas seis meses después de su golpe de efecto sobre el trote mallorquín, tras la macro redada que activó el 15 de abril en las instalaciones del Hipòdrom Son Pardo y numerosas cuadras de la Part Forana.
Igualmente, ha trascendido que agentes del Instituto Armado no han dejado de seguir "con lupa" el día a día de la actualidad y actividades que se desarrollan en la isla relacionadas con el trote. Y más de uno se siente vigilado.
La Operación Cabriol se basó en un operativo que, en un principio, permitió una decena de detenidos. Con el tiempo el desarrollo de su investigación ha llevado a más de 50 personas a declarar ante la Benemérita, así como que unas 20 han quedado imputadas en la causa que sigue el Juzgado de Instrucción Número de 2 Manacor. Todos ellos con cargos "de maltrato animal" o "intrusismo profesional", o ambos a la vez.
La complejidad de la multitud de pruebas recogidas, los argumentos de unos y otros, así como que la Operación Cabriol se centrase en cientos de horas de escuchas telefónicas, impiden al equipo que dirige el teniente Pedro García dar por cerrada su labor.
Una ingente tarea que se ha visto reforzada con la incorporación a la causa judicial abierta, a través de diferentes vías, de destacadas organizaciones animalistas con implantación en la isla. Entre ellas la Asociación Balear de Abogados por los Derechos de los Animales (Abada) y la mediática Associació Animalista de les Illes Balears (Assaib).
Por dejadez y complicidad
Los que han acusado con más contundencia, de momento, son los responsables de Assaib. Entidad que ha presentado denuncia ante el Seprona tanto contra la Federació Balear de Trot, que preside Joan Llabata; como contra el Institut de l´Esport Hípic del Consell de Mallorca, con Jaume Albert Ramis ejerciendo de presidente desde principios de julio, en representación del pacto entre Més, Podem y el PSIB-PSOE.
La Assaib ha denunciado a la FBT y al Institut Hípic por "dejadeza de sus funciones", como "cómplices" y "colaboradores necesarios" en los diferentes delitos, relacionados con el dopaje, que se investigan en la Operación Cabriol.
En sus escritos de denuncia, la Assaib asegura haber tenido constancia de que los agentes del Seprona encontraron serias irregularidades en las cuadras, como sondas para introducir a los estomagos de los caballos diferentes sustancias para aumentar artificialmente su rendimiento.
