Un vez más la suerte, aunque se quiera ver así, se alió ayer en el Gran Premio de Japón de MotoGP disputado en el circuito de Motegi con el italiano Valentino Rossi (Yamaha), quien ganó su particular mano a mano por el título mundial a su compañero Jorge Lorenzo, pero la victoria fue, por primera vez en lo que va de año, para Dani Pedrosa (Repsol Honda).

El catalán llevaba sin ganar desde el Gran Premio de la República Checa de 2014 en Brno y en Motegi supo gestionar a la perfección la situación y el desgaste de sus neumáticos, a pesar de las dudas iniciales, para conseguir una clara victoria, la quincuagésima de su carrera deportiva, además de igualar a podios en el campeonato del mundo nada menos que con Ángel Nieto, con 139 para cada uno.

Pedrosa decidió cambiar de estrategia en la misma formación de salida, en la que sus mecánicos pusieron el mismo neumático trasero que el resto de competidores y aunque inicialmente no se mostró demasiado cómodo, con el paso de las vueltas la situación cambió radicalmente. Y, mientras Dani Pedrosa se crecía, el mallorquín Jorge Lorenzo comenzó a dar síntomas de debilidad después de protagonizar un comienzo de carrera pletórico en el que todo apuntaba a que iba a conseguir una victoria de las suyas, contundente de principio a fin, pero llegaron el desgaste de los neumáticos al secarse la pista tras no llover y una vez más la picardía de Valentino Rossi.

El italiano estaba rodando prácticamente en los mismos tiempos que Jorge Lorenzo, pero cuando vio al ritmo que le pasaba Dani Pedrosa decidió aprovechar esa circunstancia para "copiar" su trazada y de paso intentar seguir su ritmo. El resultado no pudo ser mejor, como ya le sucediese en entrenamientos, un rival le enseñó "un camino" más eficaz y él lo aprovechó para su propio beneficio pues llegó sin demasiados problemas hasta Jorge Lorenzo, algo que hasta ese momento no había podido hacer y en lugar de ceder cuatro puntos al español acabó sumando idéntica cantidad en su cuenta particular.

Jorge Lorenzo continúa pensando en ganar todas las carreras que quedan y su solvencia en seco apunta a que es capaz de ello, pero las condiciones climatológicas parecen ponerse siempre en su contra para evitar que la superioridad que evidencia en seco tenga su elongación cuando el asfalto se encuentra mojado y eso que en Motegi iba a dar un giro a esa circunstancia.

Pero una vez más la suerte le dio la espalda al palmesano y en el trazado japonés apareció un nuevo e inesperado factor, el asfalto medio seco, para dar al traste con todas sus perspectivas de victoria, pues cuando eso sucedió los neumáticos de su Yamaha dieron muestras inequívocas de fatiga tras el fuerte ritmo impuesto en el tramo inicial de carrera. Ahora ya no le basta con ganar las tres carreras que le quedan por delante, sino que para recortar los dieciocho puntos de desventaja con Rossi necesitará de la ayuda de "Pedrosa, Márquez o alguna Ducati", tal y como deseó. Pues eso.