Ya en las semifinales del Abierto de China que disputa en Pekín, Rafel Nadal mide hoy, a primera hora de la sesión matinal, el grado de recuperación de su nivel de juego y confianza ante el que se ha convertido en su ´bestia negra´ de la temporada, como es el caso de Fabio Fognini. Un tenista que ayer se impuso con autoridad -en cuartos de final- al uruguayo Pablo Cuevas, por 6-1, 2-6 y 6-2.

El italiano ha ganado al campeón olímpico de Manacor tres de sus cuatro choques del 2015. Además, recientemente, en Nueva York, le apeó del Open USA en tercera ronda, después de que el mallorquín ganase los dos primeros sets del partido, para después verse completamente desbordado por una remontada histórica del transalpino.

Nadal, quien no llegaba a semifinales en torneos de pista dura desde hace más de un año, ha demostrado que su juego se atasca en exceso cuando se enfrenta al complicado Fognini. Un tenista irreverente, protestón e inconformista, al que este año solo ha superado en la final de Hamburgo. Un duelo en el que el italiano elevó sensiblemente la tensión del enfrentamiento al perder las formas y recriminar a Nadal su lentitud a la hora de preparar sus saques. "No me rompas los huevos", le espetó aquel día Fognini a Nadal, tras haberse encarado previamente con el juez de silla.

"Es un gran jugador y cuando juegas con un gran jugador y no lo haces lo mejor posible tienes menos posibilidades", destacó ayer el mallorquín a la hora de valorar su enfrentamiento de hoy con Fognini, ante quien este año ya cayó en Río de Janeiro y Barcelona, así como en el US Open.

Eso sí, Rafel Nadal rechazó que jugar con Fognini tenga una tensión especial para él, ni que le ofrezca una revancha: "No estaba nada triste cuando perdí con él en Nueva York, porque no jugué un partido nada malo".

Y a la hora de valorar su primer pase a semifinales en pista dura en más de un año, Rafel Nadal no lo consideró una estadística especialmente importante: "No es una gran noticia, espero estar en muchas más semifinales hasta el fin de mi carrera".

Por algo, Nadal demostró haber empezado a olvidar su mala racha sobre suelo sintético, que comenzó el año pasado precisamente en la anterior edición del Abierto de China. Desde entonces llegar a cuartos de final era su mejor resultado en los 10 torneos disputados sobre esa superficie.

Una dinámica negativa a la que puso fin el mallorquín al firmar una trabajada remontada para derrotar al estadounidense Jack Sock, un buen sacador. Un triunfo que se apuntó en un complicado partido, en el que empezó perdiendo el primer set, por 3-6, para después imponer su mejor repertorio, por 6-4 y 6-3, en el segundo y tercer parcial.

Nadal y Sock, quien ocupa el puesto número 30 en la clasificación mundial de la ATP, protagonizaron en la Pista de Diamante del Centro Nacional de Tenis de Pekín un encuentro muy igualado en el que sólo unos pocos errores en el saque definieron la victoria en cada set, y en el que el mallorquín -a la hora de la verdad- se mostró algo más seguro al resto y en el fondo de la red que en compromisos anteriores.

Incluso en el primer set, perdido a la postre, Nadal comenzó con mayor energía que en otros momentos de la temporada, pero la rotura de su segundo servicio y el hecho de que Sock mantuviera unos potentes saques, algunos por encima de los 200 kilómetros por hora, obligó al mallorquín a ceder en esa primera manga.

Un número uno imparable

En los dos siguientes sets Sock evidenció haber perdido buena parte de sus vigor a la hora de ejecutar su servicio, lo que aprovechó Nadal para subir más a la red e imprimir más velocidad a sus bolas largas, lo que poco a poco fue minando la confianza del estadounidense, de 23 años.

En la segunda de las semifinales del Abierto de China quienes se ven hoy las caras son David Ferrer y el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.

Con ese objetivo tanto Ferrer como Djokovic protagonizaron ambos un fácil pase de ronda, empezando por el tenista español, quien ante el taiwanés Lu Yen-Shun, número 100 de mundo y en Pekín por invitación, tuvo un partido relativamente sencillo, en el que ganó por 6-3 y 6-1.

La mayor superioridad en los cuartos la mostró, en todo caso, Djokovic, quien sigue batiendo récords en las pistas pequinesas y ayer encadenó su victoria consecutiva número 27 en el torneo que ha ganado ya cinco veces. Ante el estadounidense John Isner, sexto cabeza de serie, Djokovic endosó un doble 6-2 que le empareja en la penúltima ronda del abierto con Ferrer, a quien ya ganó en la final de Pekín en 2010.