-¿La dureza del Ironman afecta más al físico o a la cabeza?
-Psicológicamente tienes que ir preparado, es evidente que sufres. Cuando llevas treinta kilómetros corriendo tienes las piernas que te pesan, pero por inercia sigues.
-En el primer Ironman que participa tiene la suerte de ganarlo. No es algo habitual.
-En el de Frankfurt (prueba disputada en julio), era la única chica en mi categoría (18-24 años), así que como pude terminar con el tiempo mínimo, pues gané el trofeo. En mi categoría solo había un slot (plaza) para el Mundial de Kona (Hawaii) y me lo llevé. Tuve suerte, si hubiese habido más participantes, a lo mejor no habría ganado. Cuando llegué a Frankfurt no sabía si cogería el slot para Kona porque nunca había hecho ningún Ironman y al siguiente día ya tienes que decidir si lo quieres o no. En mi caso me lo tuve que pensar, era una oportunidad que seguramente no iba a tener nunca más. Sabía que si no lo cogía me iba a arrepentir y al final accedí.
-¿Cómo fue la experiencia?
-Sufrí mucho pero disfruté, sobre todo cuando estás corriendo y ya has hecho buena parte del recorrido. Además estaban allí mi padre y mi hermano y una expedición del equipo para animar. Fue inolvidable. Pensé que no podía irme de ahí sin terminar. Ya que había llegado tan lejos, tenía que acabar, me convencí de ello.
-Pues ese esfuerzo le permitirá estar entre los mejores el próximo 10 de octubre.
-Al principio no me lo creía. A medida que han pasado las semanas me he ido haciendo a la idea. No me lo tomo como una profesional, sé a lo que voy y estoy muy contenta. Evidentemente estoy orgullosa de estar allí con los mejores. Soy la primera triatleta balear que se clasifica para Kona y eso me alegra. De Balears solo han ido antes cuatro hombres.
-¿Kona es la meca para los triatletas?
-Sí, todo el mundo lo dice. Kona es La Meca del triatlón, la referencia, más allá de ahí no hay nada. Es el Campeonato Mundial, la gente te dice que estar ahí es como llegar a La Meca. Cualquier triatleta querría participar porque es su sueño. Hace dos años, nunca habría imaginado llegar allí. He tenido suerte porque fui la única en Frankfurt, pero es que nadie más se apuntó y yo sí me atreví.
-¿Es imposible pensar en ganar el Ironman de Hawái?
-Lo descarto absolutamente. En mi categoría seremos 31 chicas, habrá mucho nivel y no me considero apirante a ganar. Con las condiciones que habrá, si consigo acabar, aunque sea la última, me doy por satisfecha. No voy con la idea de hacer un buen puesto.
-¿Cuántas horas de entrenamiento tiene al día?
-Depende de la disciplina que me toque puede variar. Un día puedo entrenar desde dos a siete horas. Me preparo seis días a la semana y en una jornada a lo mejor nado y voy en bicicleta, a veces me toca bici y ‘running’ u otro día puedo hacer una tirada larga de correr de 15 o 20 kilómetros.
-En ese día a día tendrá que renunciar a muchas cosas.
-Sí, esto supone que apenas salga de fiesta. A los amigos tampoco los veo mucho y a lo mejor un domingo también me tengo que perder la comida familiar. Si me toca hacer una tirada muy larga de bicicleta, pues a las 14:00 no voy a poder estar en casa porque acabo a las 16:00 o a las 17:00.
-El pasado 3 de septiembre cumplió 24 años, ¿cómo lo celebra una triatleta de Ironman?
-Pues ese día fui a entrenar y por la noche lo celebré un poco con la familia y ya está. Este año no hubo nada especial, quería hacer algo con varios amigos, pero al final con el tema de los entrenamientos pues no se pudo. Si quieres salir y quedar para cenar con la gente, eso supone que te vayas a dormir tarde, luego te levantas peor por la mañana y a la larga lo acabas pagando.
-¿Cómo se combina todo con ser auxiliar de enfermería?
-A pesar de que el horario va por turnos, normalmente trabajo por la tarde. Al menos eso intento para poder entrenar por la mañana. Me levanto pronto, desayuno, me voy a entrenar, me ducho, como, voy a trabajar, vuelvo, ceno, me voy a dormir y ahí acaba el día. Cuando hay que viajar para competir pues ya se hace en función de las vacaciones.
-¿Cuántas cosas se le pasan por la cabeza mientras compite? Es mucho tiempo.
-Hombre, te da para pensar en muchas cosas. En mi caso, cuando nado, procuro solo estar concentrada. Pero en bicicleta, que son 180 kilómetros, pues a todo el mundo le dan bajones. Cuando lo estás pasando mal empiezas a pensar en recuerdos de entrenamientos, todo lo que has sufrido y el esfuerzo realizado durante tanto tiempo. Piensas también en la familia que te ha ido a ver y sabes que están allí esperándote a que llegues. Eso te ayuda.
-¿Qué le parece el ‘boom’ por el running en los últimos años?
-A mí me parece muy bien porque hacer deporte es bueno. Hay gente que opina que el triatlón es una moda que pasará. Oigo a personas que nos llaman ‘flipaatletas’, sobre todo ciclistas. Recomiendo a la gente que se apunte para conocerlo.
-A partir de ahora, ¿solo Ironman u otras distancias?
-La temporada es muy larga. Da para hacer varias competiciones. El año que viene participaré en Ironman seguro. La distancia olímpica también me gusta, pero no creo que haga triatlones cortos porque te exigen un ritmo alto.
-¿Se plantea participar en los Juegos Olímpicos de Río 2016?
-Nunca lo he pensado. Si tuviera la oportunidad estaría bien, me haría ilusión porque es algo que no ocurre toda la vida. Reconozco que no es mi objetivo, pero veremos si hay posibilidades.
