Es imposible que Rudy Fernández olvide este 2015. El mallorquín ha tocado el cielo con las dos manos en una temporada de ensueño ya que ha ganado todas las competiciones en las que ha participado. Una gesta solo al alcance de sus compañeros del Real Madrid y de la selección española Felipe Reyes, Sergio Rodríguez y el menorquín Sergi Llull. Todos ellos conquistaron la Liga Endesa, la Copa del Rey, la Supercopa y la ansiada Euroliga con el conjunto blanco. Además, ya pueden presumir desde ayer que también se han proclamado campeones del Eurobasket al destrozar a Lituania por 80-63. Pero Lille no es un punto y final porque estos cinco títulos se podrían completar la próxima semana con un sexto si el Real Madrid se impone en la Copa Intercontinental que disputará del 25 al 27 de septiembre en Sao Paulo frente al Bauru.

Está por ver si Rudy, formado en la prolífica cantera del Sant Josep Obrer de Palma, podrá participar porque sus problemas en la espalda le han impedido rendir a su máximo nivel. No obstante, el seleccionador Sergio Scariolo, a pesar de que era consciente de que el balear le podía aportar menos en ataque, no dudó en mantenerle en la pista en los minutos importantes de la competición. La experiencia de Rudy, de 30 años, es un enorme aval. Sabe de sobra lo que es la presión, tal y como demostró, apoyando al coloso Pau Gasol, en la histórica semifinal ante Francia frente a 27.000 galos que deseaban la derrota de los españoles. Rudy ha promediado apenas 6,3 puntos en los ocho partidos que ha disputado, con una media de 23 minutos en la cancha, pero los intangibles, más allá de sus 3,6 rebotes, han sido vitales para Scariolo. Rudy, que ha reconocido que lo ha pasado mal durante la competición por sus molestías físicas, no ha brillado como en otras ocasiones, pero ha reflejado que era consciente de su responsabilidad dando la cara.

El palmesano tiene un palmarés de leyenda. Es su tercer oro en un Eurobasket, al que hay que añadir otra plata y un bronce. Sin embargo, todavía tiene metales con más lustre, como las dos platas olímpicas o el oro en el Mundial de Japón en 2006. Y ya mira a los Juegos de Río del próximo verano con la ilusión de tener que aumentar el espacio de su vitrina, aunque para eso todavía queda. De momento este 2015 ya es para tenerlo siempre en los altares a nivel profesional y, también en el personal, porque se casó en Pollença el pasado julio con la modelo Helen Lindes. Sin embargo, esa es otra historia.