La XXI edición de la Regata Illes Balears Clàssics, organizada por el Club de Mar y que contó con la inscripción de 56 barcos de 13 países, récord histórico de participación, finalizó el sábado con la pena de no haber podido completar las mangas previstas por las malas condiciones metereológicas, pero con la sensación de que esta competición va a más.

Borja de la Rosa, presidente del Club de Mar Mallorca, aseguró que, pese a la ausencia de viento y de regatas las dos últimas jornadas de competición, esta prueba deja muchas cosas buenas. "La más importante es que nos hemos afianzado como la principal regata de clásicos de Mallorca y una de las más prestigiosas de nuestro país". "Ello ha sido gracias a que todos vosotros, armadores y tripulantes, habéis querido acompañarnos; os estamos inmensamente agradecidos y os emplazamos a que el año que viene volváis a recalar en nuestro club y nos ayudéis, esta vez sí, a celebrar una edición para el recuerdo", explicó.

Los armadores y patrones de los veleros ganadores elogiaron la organización y el nivel alcanzado por la regata de clásicos mallorquina, y lamentaron que el viento faltara a su cita. Tim Liessenhoff, propietario y capitán del Marigan (1898) dijo estar "contento" con su tercer triunfo consecutivo en una de las clases estrella, Época Cangreja (para barcos botados hasta 1950), pero reconoció haberse quedado con ganas de navegar más días. En muy parecidos términos se manifestó Jordi Company, patrón del Enterprise, embarcación ganadora en la clase Época Marconi: "Es una lástima que no hayamos tenido más regatas, pero estamos muy contentos con la victoria, la segunda consecutiva".

Simone Giusti, patrón del Corsaro II, ganador absoluto -porque la división de Clásicos (barcos botados entre 1950 y 1975) es la que tenía más participantes-, se mostró feliz por el triunfo. "Hemos trabajado bien y muy duro. Este barco tiene un gran potencial y lo hemos exprimido al máximo. El primer día fue fantástico, con las mejores condiciones para nuestro velero. Hay que tener en cuenta que llevamos a bordo a diez cadetes de la escuela naval y esta es su primera experiencia con la vela. Puede que el tiempo no haya acompañado para su instrucción pero sí para que aprendan cómo es el ambiente en este tipo de acontecimientos".