El espectáculo que brinda una exhibición de natación sincronizada es algo que se debe poder apreciar también fuera de las pantallas de televisión. Olympias permite que los ágiles, dificultosos y acrobáticos movimientos que se producen al son de la música y que caracterizan las coreografías acuáticas puedan embelesar al público de forma más directa.

La natación sincronizada es un deporte duro, complicado y de gran complejidad técnica cuya preparación requiere mucho tiempo, esfuerzo y dedicación. A través de actuaciones privadas, Marga Crespí y Andrea Fuentes tienen el objetivo de mostrar esta cara desconocida y dar a conocer algo mejor este deporte al público.

Tras ser partícipes de gran parte de los triunfos de la selección, tanto Marga Crespí en 2014 como Andrea Fuentes en 2013 decidieron poner fin a su etapa en la élite de la sincronizada. La tarraconense lleva año y medio viviendo en Mallorca y decidió proponerle a Marga la idea de formar Olympias.

"Andrea me comentó la idea de hacer algo juntas pero yo no estaba muy segura porque no sabía si me tendría que ir a Canadá al Circo del sol pero cuando supe que no me llamarían por el momento, decidí embarcarme con ella en esto; pensamos que sería una buena manera de hacer shows", comenta Marga.

En sus actuaciones, el público puede disfrutar de forma cercana de algunas de las coreografías con las que la selección española alcanzó su éxito. Una de las más aclamadas y conocidas es el Tango con el que Ona Carbonell y la propia Andrea Fuentes lograron la medalla de plata durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

Con este pequeño proyecto buscan actuar de forma privada en hoteles, inauguraciones o fiestas y cautivar tanto al público de la isla como a turistas mostrándoles este deporte desde un punto de vista diferente. "La sincro siempre crea expectación, hay mucha gente que nunca lo ha visto en directo, sólo por televisión. Hay coreografías muy bonitas que podemos enseñar a un público que a veces desconoce este deporte", cuenta la nadadora. "Queremos promocionarla y mostrar a la gente el trabajo que requiere", sentencia.

Se trata de un deporte no muy popularizado en España pero cuya calidad y logros a nivel tanto nacional como internacional han permitido su reconocimiento. La última década ha supuesto una época dorada en la sincronizada española gracias a los éxitos de la selección, sobre todo en Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos.

Ambas nadadoras fueron integrantes de la selección durante estos años gloriosos y ahora han decidido embarcarse en un nuevo proyecto con el fin de mostrar una faceta más exhibicionista de este deporte. Además, enfocan sus nuevos propósitos y objetivos en actividades relacionadas con el mundo de la sincronizada o el espectáculo. Después de realizar las pruebas para el Cirque du soleil en Canadá, ahora Marga viajará hasta Colombia para entrenar al dúo nacional, que luchará por clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río.

Poco tienen que ver sus actuaciones actuales con la competición de alto nivel. "Al hacer un show de este estilo disfrutamos porque en algún momento podemos improvisar y no tenemos presión, es divertido y ofreces un espectáculo; en la competición luchas por ganar", afirma la mallorquina.

La acogida ha sido bastante buena por el momento, aunque ahora deben dar un parón debido a otros proyectos. "El problema es que mi agenda y la de Andrea son diferentes, en agosto no estaremos en Mallorca ninguna de las dos por lo que no hemos podido cerrar nada. Para septiembre e incluso octubre estamos mirando algunas actuaciones", cuenta.

La vida del deportista de élite es dura y complicada por la exigencia de la competición y hay momentos en los que entrenan hasta 12 horas diarias, pero con Olympias ambas nadadoras tienen más tiempo y pueden complementar con mayor facilidad su vida personal con el día a día y combinar otros proyectos. "Como ya nos sabemos las coreografías no le dedicamos demasiado tiempo a los entrenamientos. De hecho, entrenamos por separado y sólo ensayamos las actuaciones antes de hacerlas, porque cada piscina es diferente".

De momento, Olympias se mantiene como un proyecto ocasional, sin vistas puestas en el futuro, aunque no cierran las puertas a actuar fuera del país. "Si me quedo en la isla sí puede convertirse en algo con futuro, pero eso es algo que todavía no sé. Ojalá cuando acabe aquí la temporada nos llamen de otros lugares para seguir haciendo exhibiciones", afirma con ilusión.