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Reportaje

Llosetense 1951-52, un equipo de leyenda que ya sonríe

El Llosetense de hace 63 años renunció a jugar en Tercera Nacional tras proclamarse campeón de Balears

CD Llosetense de la temporada 1951-52 (partido de ida Campeonato de Baleares frente al Menorca jugado en ´son Bal.le´). I-D (Arriba): B. Ramón, Sastre, Gasparín, Barceló, Genovart, Capó y Calderón. I-D (Abajo): P. Cañellas, Ramis, Ferrer, Escandell y Coll.

­Lloseta ya sabía lo que era decir ´no´ al caramelo de un histórico ascenso. El pasado jueves, se rompió dicha tendencia al aceptar la directiva del CD Llosetense el reto de afrontar la Segunda División B, una categoría a la cual se habían ganado su derecho a jugar sobre la cancha, pero que también tenía que certificarse a nivel de despachos.

Un hecho que solo era la repetición de lo que aconteció 63 años atrás, concretamente en la temporada 1951-52, momento en el que el Llosetense se proclamó Campeón de Baleares en categoría amateur. De aquella generación de leyenda, que se quedó a las puertas de competir en la antigua Tercera División Nacional -lo que ahora sería la Segunda B- por mor de una cacicada federativa, contamos lo que en Lloseta se considera a día de hoy como un equipo de leyenda.

En la temporada 1951-52, el Llosetense tenía configurado un grupo deportivo que causó sensación en la categoría regional de Mallorca, con resultados tan significativos como el triunfo en ´es Fortí´ ante el Real Mallorca por 1-3 o la goleada (5-1) al Collerense en el antiguo recinto de ´Son Bal.le´ y que supuso el título de Mallorca para el equipo que preparaba Antonio Ferrer.

Llegados a este punto, el Campeonato de Baleares fue toda una exhibición de poderío llosetí. En la ida (4 de mayo de 1952), el Llosetense goleó a su rival, el Menorca, por 5 a 1. Medio título ya estaba en su zurrón. La vuelta, jugada el 11 de mayo acabó con derrota por 3-1 del cuadro llosetí, pero que no aguó lo que fue la fiesta del título.

El equipo de ensueño era el siguiente: Bernat Ramón y Calderón (porteros). Jugadores de campo, Barceló, Capó, Gasparín, Sastre, Genestar, Ramis, Ferrer, Ramos, Pau Cañellas, Coll, Matas, Escandell, Crespí, Borrás, Florit y Fiol. Su entrenador era Antonio Ferrer, y el presidente del club era Bernat Coll Abrines, padre del que años después fue también presidente y alcalde de Lloseta, Bernat Coll Ramón.

Tras los fastos y festejos de celebración de este histórico hito deportivo, llegó la hora de hacer números -en claro paralelismo a lo vivido días atrás- y saber en qué grupo quedaría encuadrado. Circunstancias como el acondicionamiento del campo de ´Son Bal.le´ -colocar vallado, cerrar el recinto deportivo, modificación de las casetas, construir un túnel subterráneo para la salida de jugadores y árbitros, etc.- y la búsqueda de sustento económico para reforzar el equipo y afrontar los más que costosos desplazamientos a la península se dieron de bruces con la realidad de aquella época, muy diferente a la actual.

La ´guinda´ la puso la propia Federación Española, imponiendo a los de Lloseta jugar en el grupo levantino de Tercera y no en el catalán, mucho más económico y con mejores conexiones que el valenciano. De esta forma, y tras una Asamblea celebrada con el pueblo como testigo, se optó por renunciar al ascenso ante la tozudez federativa de no dar marcha atrás a su decisión inicial de incluir a los mallorquines en el grupo levantino. Equipos como el propio Elche, Castellón, Levante, Alicante, Lorca, etc. así como el propio Manacor y UD Mahón no pudieron visitar el recinto de ´Son Bal.le´. El equipo de ensueño del Llosetense se quedó con las ganas de demostrar en Tercera Nacional lo ya mostrado en el Campeonato de Baleares: que estaban más que capacitados para jugar en categoría nacional.

De la decepción al adiós

La decepción deportiva del ´no´ ascenso pasó factura en la siguiente temporada para el Llosetense, quedando muy mermado de efectivos y potencial. Jugadores del fuste de Corro y Barceló ficharon por el Atlético Baleares. Gasparín hizo lo propio con el Manacor, mientras que J. Matas, Ramis y Calderón fueron a parar al ´reagrupado´ Constància. En el caso de éste último, Calderón, en la temporada 1953-54 estuvo a punto de recalar en el Real Oviedo de Primera División. Todo ello muestra que aquel equipo de ensueño, del que apenas queda algún superviviente a día de hoy, tenía madera.

A buen seguro que ahora, estén donde estén, los que formaron parte de aquel equipo de ensueño -dicen en Lloseta que el mejor que nunca se ha visto por la localidad- estarán tranquilos. El tiempo ha puesto al final al Llosetense lo que 63 años antes se habían ganado sobre el campo de juego. Esta vez sí militará en Segunda B, la categoría de bronce.

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