Poco podía imaginar Rafel Nadal que el 12 de junio del pasado año iniciaría un camino desconocido en su larga y brillante carrera como tenista. Aquel día debutaba en el torneo de Halle, previo a Wimbledon. Y el rival, el alemán de origen jamaicano Dustin Brown, 85 del mundo, no parecía un problema para el que hacía apenas una semana había levantado en París su novena copa de los mosqueteros. Pero sorprendentemente, el mallorquín perdió por 6/4 y 6/1en apenas 59 minutos. Fue el inicio de una trayectoria negativa que, de momento, un año después, culminó el pasado martes con la décima derrota ante un jugador fuera de los veinte mejores del circuito. Fue en la primera ronda de Queen´s, ante el ucraniano Alexandr Dolgopolov, 79 del mundo.
Tras conseguir la victoria en Stuttgart, en la primera ocasión en que esta cita tenística se ha celebrado sobre hierba, Nadal volvió a dar la de arena en el torneo londinense, la antesala del tercer Grand Slam de la temporada. Y con ello las dudas de si volverá a meterse entre los cinco mejores antes de que finalice el año.
Pero la derrota ante Dolgopolov, la segunda ante este jugador en siete enfrentamientos, fue el mejor ejemplo de que hasta que no recupere su mejor forma, cualquier rival que tenga el día puede ganar al campeón de Manacor.
Tras la decepción de Halle llegó la de Wimbledon, al caer en los octavos de final frente al por entonces desconocido australiano Nick Kyrgios, 144 del mundo. Con su victoria, el joven de 19 años se convirtió en el primer adolescente que derribaba a un número uno desde que el propio Nadal lo consiguiera en Roland Garros 2005, ante Federer. Además, desde 1992 nunca un tenista fuera del ´top-100´ había sido capaz de ganar al número uno.
Una lesión en la muñeca dejó a Nadal fuera de la competición hasta finales de septiembre, cuando reapareció en el torneo de Pekín. Pero acusó su larga ausencia al caer en cuartos ante el eslovaco Martin Klizan, 56 del mundo. Con un principio de apendicitis que le acabó obligando a pasar por el quirófano, Nadal tomó parte en el Masters 1.000 de Shanghái, y en su debut perdió ante su amigo Feliciano López, 21 del mundo, en dos sets. Esta derrota le costó el número 2 en beneficio de Federer.
Nadal puso fin a la temporada tras su sorprendente derrota ante el joven croata de 17 años Borna Coric en el torneo de Basilea. "No estoy en condiciones de competir", dijo, antes de anunciar que se operaría de apendicitis el 3 de noviembre.
El nuevo año no comenzó mejor de cómo acabó 2014 porque el día de Reyes perdió en su debut en el torneo de Doha ante el alemán de 34 años y 127 del mundo Michael Berrer.
El 21 de febrero cayó en las semifinales del Abierto de Río ante el italiano Fabio Fognini, 28 del mundo, y ante el que nunca había perdido. Lo volvería a hacer ante este jugador en los octavos de final del Godó, en abril, en su derrota número 25 sobre tierra batida, cuando el transalpino ocupaba la trigésima plaza del ránking. Fue el partido en el que Nadal se encaró con el juez de silla Carlos Bernardes. "Voy a pedir que no me arbitres nunca más. Eres el que más presión me metes con diferencia del circuito". Y consiguió su objetivo porque no le ha vuelto a pitar un partido.
En Miami Nadal sucumbió ante Fernando Verdasco, 34 del mundo, con el que solo había perdido una vez en trece enfrentamientos. Por primera vez admite que siente "ansiedad en la pista" cuando se presenta algún contratiempo. La ansiedad no ha desaparecido. Lo comprobó ante Dolgopolov.
