David Ferrer busca hoy en la pista Suzanne Lenglen, la segunda de importancia en Roland Garros, el pase a semifinales ante el escocés Andy Murray, tercera raqueta del mundo.

Será la sexta vez que el finalista de 2013 juegue lo cuartos de final en París y lo hará contra Murray, al que derrotó en esa misma ronda de ese mismo torneo en 2012.

Aunque Murray ha ganado 9 de los 15 duelos, el español se ha anotado todos los disputados en tierra batida.

El escocés, que vive su mejor temporada sobre tierra batida, accedió a cuartos de final por quinta vez en Roland Garros y por décimo quinta en los últimos 16 Grand Slam.

Lo hizo tras ceder por segundo partido desde que empezó el torneo una manga, esta vez contra el francés Jéremy Chardy, 6-4, 3-6, 6-3, 6-2.

Considerado durante años como un jugador de pista rápida, Murray ha conseguido esta temporada sus mejores resultados en arcilla, con las victorias en Múnich y, sobre todo, en el Masters 1.000 de Madrid.

"Juega más agresivo con sus golpes. Físicamente es un jugador de los tres mejores. Si le sumas el talento y que de cabeza está más receptivo, explica el año que lleva, no solo en pista rápida sino también y en tierra batida. Está más calmado", analizó el finalista de 2013.

Ferrer todavía no ha pisado la pista central de París este año, un trato de los organizadores que no molesta al jugador.

"Yo me encuentro cómodo en esta situación. Estoy encantado con el trato, puedo a ir a todos los sitios, mi vida no cambia. Ojalá siga así muchos años", señaló el favorito número 7 tras deshacerse del croata Marin Cilic por 6-2, 6-2 y 6-4.

"Me es indiferente donde juegue. Intento hacer mi carrera, afrontar cada partido para poder ganar. Es lógico que se le dé más prensa Djokovic o Nadal", indicó.