El concurso voluntario de acreedores del Atlético Baleares ya es historia. El club blanquiazul, que pasó a ser controlado por la administración concursal hace escasos meses debido a las deudas que se habían acumulado y que hacían presagiar malos augurios sobre la existencia del histórico club, saldrá de concurso al haber aceptado la totalidad de acreedores el plan de viabilidad económica presentado por la entidad palmesana. Esta resolución favorable se ha producido en los últimos días después de que el expresidente del Atlético Baleares, Miguel Ángel Gómez, aceptara la última propuesta de cobro por parte de los abogados balearicos.

Miguel Ángel Gómez, que dirigió la nave blanquiazul hace ya más de diez años, ha aceptado cobrar parte de la deuda que mantiene con el Atlético Baleares recibiendo títulos por valor de unos 70.000 euros. Gómez denunció a la entidad que dirigió por haber contraído una deuda con él de alrededor de 200.000, entre el capital adeudado y los costes e interés derivados del importe no percibido. El expresidente pasa a ser uno de los accionistas importantes del club que ahora tendrá completa libertad sin tener que informar de todo lo que se hacía al administrador concursal Demetrio Peña.

"Estamos muy satisfechos de que se haya llegado a un acuerdo con Miguel Ángel Gómez. Tanto él como nosotros hablamos el mismo idioma, el balearico, por lo que el entendimiento ha sido más fácil. Él quiere al club y nosotros también", señaló ayer a DIARIO de MALLORCA el presidente del Atlético Baleares, Antoni Garau.

Para este empresario la salida airosa y total de concurso es "una satisfacción muy grande". "Ha sido una completa incomodidad. Debíamos pedir permiso para hacer cualquier cosa al administrador concursal. Demetrio Peña no nos ponía pegas pero siempre, y como marca la ley, debíamos consultarle todo", señaló Garau, que añadió: "Ahora tendremos una libertad total. Podremos tener nuestra propia cuenta corriente ya que ahora se empleaba la habilitada para la administración concursal. Será diferente desde ya y con la tranquilidad de que se han hecho las cosas bien hechas, como debe ser".

El presidente blanquiazul incidió en la complejidad que es para un club el hecho de estar inmerso en concurso de acreedores. "Es un sinvivir. Firmamos un convenio con el Soledad y Relojería Calvo para que pudieran emplear las instalaciones de Son Malferit, pues debió ser ratificado por el administrador. También cualquier cesión de jugadores o cualquier tipo de pago que se realizó. Por ejemplo, también intervino en la baja que dimos a un jugador infantil. Lo entiendo, pero hay cosas que eran muy básicas y no dabas crédito que por eso tuvieras que pedir permiso", comentó.

Con la salida de concurso el Atlético Baleares pretende ahora hacerse fuerte y emprender un proyecto a medio y largo plazo para tener solvencia, tanto deportiva como económica. Al respecto, el club estudia reforzar la primera plantilla blanquiazul, la que milita en Segunda B, que en estos momentos ocupa la última plaza. Desde la entidad son conscientes del grave perjuicio que significaría un descenso de categoría.