­Rafel Nadal regresa este año a la hierba de Wimbledon, quizás la superficie más exigente del circuito, dispuesto a ahuyentar a los fantasmas que se le aparecieron en las dos últimas ediciones del torneo, cuando se fue a casa en las primeras rondas. El número uno del mundo llega a Londres tras coronarse por novena vez en París como el mejor tenista de la temporada sobre tierra y afronta la hierba con mejores sensaciones físicas que en las últimas dos ocasiones, cuando las lesiones lastraron su avance en el All England Club.

El problema de rodilla que le dejó fuera de las pistas más de siete meses hace dos años está prácticamente olvidado, y las molestias en la espalda que reaparecieron en las primeras rondas de Roland Garros no le han impedido entrenarse con intensidad durante la semana previa a Wimbledon, que comienza hoy.

Antes de debutar mañana ante el eslovaco Martin Klizan, 57 de la ATP, el mallorquín rezuma seguridad en sí mismo y parece convencido de poder recuperar el nivel de 2008 y 2010, cuando ganó la final en el All England Club, la primera ante el suizo Roger Federer -su verdugo en las finales de 2006 y 2007- y la segunda ante el checo Tomas Berdych. Las dos últimas temporadas, Nadal saltó a la pista sin haber podido prácticamente ejercitarse sobre hierba por las molestias que arrastraba. De ahí sus derrotas en segunda ronda ante el checo Lukas Rosol en 2012 y en primera ante el belga Steve Darcis el pasado año.

En esta ocasión, en cambio, llega con mejores garantías, tras varios días de entrenamientos especialmente duros, que han seguido a una semana de descanso en Mallorca con sus familia en la que se ejercitó en el gimnasio pero no empuñó la raqueta.

El principal objetivo del manacorí en los días previos al torneo ha sido limar su saque y desarrollar su potencia. En una superficie tan rápida como la hierba, Nadal quiere asegurar en primer lugar sus servicios y restos para tratar de llegar al desarrollo de los puntos, allí donde mejor puede desarmar a sus rivales, en las mejores condiciones posibles.

Cuadro complicado

Desde la parte baja del cuadro, como segundo favorito por detrás del serbio Novak Djokovic, a Nadal le espera previsiblemente una serie de rivales especialmente complicados las primeras rondas.

Si vence a Klizan, podría chocar de nuevo con el checo Lukas Rosol, 50 del mundo, que le batió en 2012, y más adelante con tenistas agresivos como el croata Ivo Karlovic en tercera ronda, el francés Richard Gasquet (décimotercer favorito) y el canadiense Milos Raonic (octavo cabeza de serie), antes de una hipotética semifinal ante el suizo Roger Federer (cuarto favorito) y una final ante Djokovic. Un buen puñado de sacadores dispuestos a probar el estado de su espalda y de sus rodillas. El cuadro pondrá a prueba su capacidad de adaptación y su deseo.

Nadal llega sin casi minutos de juego sobre césped (cedió a la primera en el torneo de Halle ante el jamaicano Dustin Brown en apenas 59 minutos) y pendiente de los dolores que le martirizan en la espalda y las rodillas. A sus 28 años, el objetivo prioritario para Nadal es conquistar Wimbledon por tercera vez, aunque es consciente que de los cuatro grandes es el más complicado por su condición de imprevisible.

En el horizonte, sin embargo, aparece inevitablemente el propósito de acercarse a los 17 grandes torneos que acumula el suizo Roger Federer (Nadal tiene 14, tantos como Pete Sampras).

A sus 32 años, Federer parece haber entrado ya en el ocaso de su carrera, pero nadie en el circuito le niega el privilegio de estar entre los favoritos para conquistar Wimbledon una vez más, y sería la octava.

El otro principal aspirante a llevarse el campeonato es Djokovic, que parece estar recuperado de las molestias en la muñeca que ha arrastrado en los últimos tiempos y que llega dolido por la derrota ante Nadal en una agotadora final en París.

En la parte alta de las apuestas está también el británico Andy Murray, ganador el año pasado en el All England Club, que se presenta por primera vez en Londres sin la presión añadida de ser el eterno aspirante a conquistar el torneo y con su operación de espalda de finales de 2013 ya superada.