El mallorquín Rafel Nadal, número uno del mundo, se alzó con el tercer puesto en el torneo de exhibición de tenis de Abu Dabi al derrotar al francés Jo Wilfried Tsonga por 7-6(5) y 6-3 después de 1 hora y 38 minutos de partido. Nadal tuvo que apelar a su mejor virtud, la constancia, para superar a un Tsonga que, en la primera manga, se mostró casi infalible con su saque, pero que a la postre fue su perdición.

El mallorquín subió el listón ante el francés en comparación con el partido de la víspera ante David Ferrer, en el que cayó derrotado y perdió la oportunidad de disputar la final.

El tenista francés sólo cedió dos puntos bajo su servicio, pero en la muerte súbita acabó perdiendo el set al cometer su primera doble falta en el undécimo punto y otorgar a Nadal una bola de set que el español no desaprovechó.

En la segunda manga, Tsonga se fue deshaciendo poco a poco, sus servicios no fueron tan precisos y Nadal mantuvo el nivel de sus golpes hasta hacerse con la victoria. El francés redujo sus prestaciones, pero la falta de ritmo de competición del mallorquín le impidió sentenciar mucho antes.

Nadal logró una rotura al principio del set y tuvo otras dos oportunidades en el quinto juego, pero Tsonga se mantenía en el partido con un 3-2. Pero el de Manacor no se dejó sorprender. Se sentía notablemente mejor que en la semifinal contra David Ferrer y certificó la victoria con una nueva rotura (6-3).

"Los comienzos de temporada nunca son fáciles y menos en una pista tan rápida, menos apropiada para mi estilo de juego. He perdido un partido y ganado otro y me voy satisfecho del torneo que he hecho en Abu Dabi. Muchas gracias a todo el público por el apoyo y feliz Año Nuevo", subrayó..

La mejoría de Nadal ante Tsonga -exhibió de nuevo su poderío para sufrir y remontar situaciones complicadas- debe servirle de estímulo ahora que empieza lo importante. El torneo de Doha inaugura la competición oficial a partir de mañana. Pero el mallorquín ya está pensando en lo que sucederá desde el 13 de enero, cuando arranque el Abierto de Australia, primer Gran Slam del curso y gran objetivo del número uno del mundo en esta primera fase del año.

Se han acabado las pruebas y unas semanas de entrenamientos para ponerse a punto de cara a la nueva temporada. El listón se lo puso muy alto el mallorquín en un 2013 plagado de éxitos en el que se alzó con el número uno después de superar una complicada lesión.

Australia es la primera prueba de fuego para Nadal, que aspira a defender el liderazgo del ránking ante las acometidas de un Novak Djokovic que vuelve a perfilarse como el gran rival a batir, con un Federer en declive y un Murray que siempre es una incógnita.