Rafel Nadal afirmó tras su estreno triunfal en la Copa de Maestros que las pistas cubiertas como la del O2 Arena de Londres, donde se disputa el torneo, no son un "inconveniente" para su juego. "La sensación al golpear la bola es algo diferente, pero nunca he dicho que no me guste jugar en pista cubierta", señaló en rueda de prensa el mallorquín, que admitió sin embargo que este tipo de pabellones "favorecen un poco" a sus principales rivales. "Simplemente, las condiciones hacen que para los rivales sea más fácil acatar y decidirse a jugar más agresivos. En pista descubierta siempre hay más factores que intervienen, como el viento, y eso hace que les sea más difícil golpear con determinación, porque hay algunas molestias que aquí no tienen", analizó el mallorquín.

Nadal explicó que en pabellones con techo "la sensación de golpear la pelota es distinta. El sonido cambia. En según qué deportes el sonido te permite saber cuándo golpeas bien la bola, en el golf también ocurre. Aquí el sonido es algo distinto, estoy menos acostumbrado", explicó.

Nadal se asegurará matemáticamente terminar la temporada como número uno del mundo si gana hoy al suizo Stanislas Wawrinka. "Pase lo que pase aquí, lo que he logrado este año es algo especial. Estar siete meses sin competir, volver y ganar todo lo que he conseguido ganar este año es algo que no se ve habitualmente. Personalmente, no esperaba que pudiera lograr algo así", señaló Nadal.

Pocos minutos antes de la rueda de prensa de Nadal, Ferrer había comparado a su compatriota y rival de ayer con otros deportistas que han vuelto al máximo nivel tras meses apartados de su deporte, como el estadounidense Michael Jordan. "Si yo me comparara con Jordan sería un arrogante", zanjó Nadal sobre la cuestión, al tiempo que subrayó que "las cosas esta temporada salieron mejor de lo que hubiéramos soñado". "Mi juego no fue perfecto", dijo, sobre el duelo de ayer, pero sí fue "mejor" que el del pasado sábado.