Balears lanzó su primer desafío, y lo perdió. Aunque por la mínima, el combinado balear sucumbió a la juventud de Lituania para dejar escapar un partido que dominó desde el minuto uno hasta la recta final, donde el cansancio de toda la temporada hizo mella en los isleños (83-84).

Pese a la derrota, el Palma Arena vivió una noche mágica de baloncesto que reunió al combinado balear con más calidad de la historia ante una selección de jóvenes promesas lituanas. Fue la noche de Rudy Fernández, aunque en su fiesta se coló la muñeca prodigiosa de Alberto Corbacho, que pide a gritos una oportunidad para la selección española con una serie de 6 de 6 en triples.

Pronto dejaron claro los baleares el porqué de su calidad exterior. Las mirillas de Rudy y Corbacho estaban bien calibradas y juntos cortaron de raíz el buen arranque de los jóvenes lituanos. La aportación interior de Orfila y Alzamora pareció espolear a los isleños, pero las ganas y el acierto exterior de los lituanos declinó el primer acto (15-18).

Rudy vino dispuesto a quitarse la espinita del 1 de 23 en triples en la final de la ACB. Un triple suyo volvió a dar ventaja al combinado balear al minuto 8 del segundo cuarto (22-20). Y entonces llegó el momento: Llull se paseó por la línea de tres, guiñó el ojo y lanzó el balón para que Rudy machacase de espaldas en su jugada preferida. El escolta levantó al público de sus asientos y Corbacho no les dejó sentarse con sus 5 triples en un segundo cuarto eléctrico (46-35). El buen hacer de los baleares les mantuvo con una cómoda ventaja (53-44, a los 5 minutos). La segunda línea, dirigida por el base Llompart, entró en escena y aguantó el estirón visitante hasta el final del tercer período, que acabó con un triple desde su propio campo del escolta lituano Vasiliauskas (63-54). El especáctulo debía continuar.

Con el partido totalmente controlado, solo quedaba disfrutar del momento para la selección balear. El último cuarto perdió en intensidad pero no en espectáculo.

Pero los lituanos no habían dicho su última palabra y estaban dispuestos a aguar la fiesta balear. A menos de un minuto el marcador era de 79 a 78, con todo por decidir. Lituania logró empatar a 23 segundos del final y el Palma Arena enmudeció.

Tres tiros libres de Llompart dieron alas a los isleños, pero los lituanos supieron jugar mejor sus cartas al final y acabaron por llevarse el primer desafío por la mínima (83-84).