El Constancia sumó su segundo triunfo consecutivo, que le permite alejarse de los puestos de descenso. Cuando en el primer minuto de juego los inquers se adelantaron por mediación de su goleador Mateu Ferrer todo hacía prever que sería un partido fácil para el equipo blanco y, mucho más, cuando en los minutos siguientes los jugadores blancos gozaron de muchas oportunidades. Sin embargo, al cuadro mallorquín le tocó sufrir, especialmente en la segunda mitad. Aún así, al final sumó tres importantes puntos de cara a la salvación.

Tras un inicio eléctrico de los locales, el conjunto periquito salió de su letargo inicial y la calidad de sus jugadores empezaron a equilibrar el partido. El Constancia fue cediendo terreno y situó ante su meta a Gaspar, el mejor de su equipo, una verdadera muralla defensiva, que frenó los continuos ataques españolistas.

Las ocasiones de peligro se fueron sucediendo ante la meta de Gaspar, que tuvo que emplearse a fondo. También hay que contabilizar un tiro de Morán, con Gaspar ya batido, que fue repelido por el poste.

Reanudado el partido, no cambió la tónica del mismo, dominio total de los catalanes que no dejaron de inquietar la meta de Gaspar. Los mallorquines posicionaron a un solo un hombre en punta, Nené, que se batió en solitario hasta la extenuación. El técnico visitante Raúl Longhi dio entrada a un nuevo delantero. La presión visitante se hizo casi insostenible y mucho más cuando en el minuto 66 se lesionó Jaime, obligando a Ignaci Llompart -Joan Esteva estaba en la grada al estar sancionado- a efectuar el primer cambio. En su lugar, y para reforzar todavía más la defensa, entró Víctor.

Se acentuó el dominio visitante y fue Gaspar el que en dos prodigiosas intervenciones, a disparos de Cubillas, evitó dos goles que ya se cantaban en las gradas. Nené, agotado por su lucha en solitario, fue sustituido por Pau Siquier, que al igual que sus compañeros de la zaga tuvo que trabajar a destajo.

Realizó el Constancia su último cambio entrando Rafita en el puesto de un agotado Mateu Ferrer. A falta de pocos minutos para la conclusión, el Espanyol se lanzó con todo al ataque. Los minutos fueron pasando y el bloque defensivo local no perdió la compostura en ningún momento y acabó llevándose una trabajada y sufrida victoria en casa.