Por entrega, por disposición, por planteamiento, por saber sufrir, el Binissalem se llevó ayer los tres puntos del Estadio Balear en el segundo derbi consecutivo para los ´assules´ y tras cinco jornadas sin sumar puntos.

Los gritos de protesta y solicitud de dimisiones con que despidió el público a los jugadores del Atlético Baleares no fue más que la válvula de escape de unos aficionados cansados del poco fútbol que desde el inicio de temporada se ve en su feudo.

Ayer, Tomeu Pons, conocedor de las limitaciones de su equipo y del equipo que teóricamente tenía enfrente, no se dejó sorprender. Desde el pitido inicial cerró puertas y pasillos. Amontonó hombres por delante de su defensa. Poca prioridad a la línea atacante. A sufrir y a verlos venir.

Y el Atlético Baleares fue a por el Binissalem. Llevó las riendas del partido y tuvo mucho tiempo el balón dentro de su parcela. Al pisar campo contrario una y otra vez se topó con unos jugadores, los del Binissalem, sabedores de su rol y que supieron abortar cualquier intento de acercamiento a la meta de un portero, Fons, no habitual esta temporada, que en contra de lo esperado no tuvo prácticamente trabajo que hacer.

Ante la impotencia blanquiazul y en las postrimerías de la primera parte, los de Tomeu Pons fueron un poco más allá en su cometido y pisaron el área local. En la segunda oportunidad, Tito corrió la banda izquierda y su centro lo resolvió Oliver para poner el marcador a su favor.

No cambió nada en el comienzo de la segunda mitad. Ahora más, ya con el marcador a su favor, el Binissalem renunció a todo lo que no fuera destruir los intentos blanquiazules y dejar pasar los minutos.

El Atlético Baleares estaba sin empuje, sin ritmo. Estático, sin cambiar posiciones ni hombres; y más aún cuando se quedó con un hombre menos (m.58). A todo eso hay que sumar que los cambios que hizo el entrenador fueron defensivos. Así, el equipo siguió sesteando en terreno azulón.

El de enfrente, Tomeu Pons, sacó como revulsivo a Paco Plata. Entró en sustitución de Tito y su primer toque de balón fue para superar a los contrarios que se encontró por el camino para entregarle un balón de oro a otro exblanquiazul, Rubio, que amplió la ventaja en el marcador para su equipo.

Al borde de la finalización llegaron dos goles más. Gotor, en un saque de esquina, aminoró el resultado, pero solo un minuto más tarde sentenció el duelo Paco Plata, en una falta en la frontal del área blanquiazul que sacó de forma magistral.