­Nuevo revés para un Atlético Baleares que pierde terreno en su pugna por mantenerse en la zona noble de la clasificación y luchar, como la temporada pasada, por el ascenso a la Segunda División A. Los palmesanos ofrecieron una lección de fútbol defensivo hasta que encajaron el gol. Un tanto que llegó a cuatro minutos para la conclusión y que enterraron todas las ilusiones visitantes por sacar un buen resultado del complicado campo del filial blanquiazul.

Lo cierto es que el Atlético Baleares se encontró a un rival que jugó uno de los mejores partidos de la presente temporada ante su afición y que, con la victoria, acabó con la mala dinámica de resultados de las últimas jornadas. La primera parte fue muy intensa con llegadas y ocasiones por parte de ambos conjuntos. Sin embargo faltó pólvora, tanto en un filial que dominó los primeros 35 minutos, y en los de Palma de Mallorca, que suyos fueron los últimos diez minutos.

La primera oportunidad del partido llegó a los cinco minutos. A la salida de un córner, Fran Miranda remató impecablemente de cabeza entre la defensa pero el balón salió por encima del travesaño. Poco después, Pino sirvió a Merchán que puso de nuevo a prueba el sistema defensivo visitante. La oportunidad más clara de los blanquiazules en la primera parte fue por mediación de Pino, que no supo aprovechar un error defensivo para batir a Mackay. Ya en la recta final de la primera parte, el Atlético Baleares cogió el mando ofensivo, que a la contra y en jugadas a balón parado puso en aprietos a Germán pero que no tuvieron consecuencias.

Tras el paso por los vestuarios, el Espanyol volvió a coger el mando del partido y cerró al conjunto balear en su propia área. Los visitantes, a medida que pasaban los minutos, daban por bueno el empate y se dedicaron a conservar el resultado inicial. En el minuto 85 el colegiado señaló un penalti por manos de un defensor balear. Víctor Armero se encargó de convertir la pena máxima desde los once metros. Ya no hubo tiempo para nada más.