El futuro de Álex Abrines, escolta mallorquín de 18 años del Unicaja que ha depositado los 300.000 euros de su cláusula de rescisión para desligarse del club malagueño, podría desvelarse en 48 horas y, según ha explicado su representante, el asunto podría acabar en los tribunales si no es satisfactorio para sus intereses.

El asunto arrancó cuando Abrines, pretendido por el Barcelona, depositó la citada cantidad para resolver su contrato que finalizaba la próxima temporada, pero Unicaja se acogió al derecho de tanteo, tal y como le permite la reglamentación de la ACB.

Igor Crespo, representante del jugador, asegura que el asunto está encallado porque Unicaja no quiere aceptar los 300.000 euros del mallorquín al considerar que la cláusula es de 640.000 euros más el 18 por ciento de IVA, puesto que el jugador disponía de ficha del primer equipo malagueño.

Y según un portavoz del Barcelona, el club catalán ha intentado desencallar la situación y, "como un gesto de buena voluntad" ha ofrecido una cantidad simbólica a Unicaja, en una primera negociación en la que la entidad azulgrana no ha incluido a jugadores para abaratar la operación. "El viernes conoceremos la decisión. Si nos dan la carta de libertad, perfecto, sino a partir de entonces, nuestro abogado tomará la decisión de llevar el caso a los tribunales", defiende Igor Crespo.