Sin miedo al avión

El Real Mallorca ha perdido el miedo a coger el avión. Se ha acostumbrado a regresar a la isla con puntos en su equipaje en las últimos cuatro jornadas a domicilio, que se han saldado con dos victorias y dos empates. La última alegría se produjo el domingo en Vallecas, con un triunfo balsámico que le ayuda a cuadrar mínimamente el balance de lo que deja escapar en el Iberostar Estadio. Los rojillos no vuelven de vacío desde el 29 de octubre, cuando fueron goleados por el Barcelona en el Camp Nou (5-0). Ha llovido de lo lindo desde entonces, pero ha sido el tiempo suficiente para cambiar la dinámica, que no es poco.

?Le costó muchísimo arrancar un punto del Nuevo Los Cármenes de Granada, pero lo consiguió. La suspensión del encuentro cuando el resultado reflejaba el 2-1 por el impacto de un paraguas en el rostro de uno de los asistentes favoreció sustancialmente al Mallorca, porque en la media hora que se disputó en la reanudación semanas después Tomer Hemed equilibró la balanza desde el punto de penalti.

?Pero la primera gran alegría lejos de casa se produjo en La Romareda. Los isleños noquearon a un rival directo en la lucha por evitar el descenso y conquistaron el primer triunfo fuera de la isla con un tanto de Víctor (0-1). Fue uno de los encuentros en el que más se ha podido ver el sello de Caparrós en el equipo, con presión por todo el campo y salidas al contraataque. Quizá no jugó tan bien en el Ciutat de València, pero el adversario era mucho más complicado. El Mallorca se llevó un punto ante el Levante en un encuentro que hizo méritos para vencer ante la revelación de la Liga, que ocupa puestos de Liga de Campeones.

?Y curiosamente en Vallecas sucedió lo contrario. Los de Caparrós se llevaron un excesivo premio ante un desquiciado Rayo, pero a estas alturas de competición, y más ante uno de la parte baja, el juego pasa a un segundo plano. Y el sábado toca visita al estadio Cornellà-El Prat frente al Espanyol. Visto lo visto, no hay motivos para asustarse.