­Jamás podrán ganar un Oscar o un Goya, pero sí que disfrutaron de unos divertidos cuarenta y cinco minutos que no olvidarán en mucho tiempo. Diez jugadores del Mallorca y el técnico Joaquín Caparrós ejercieron ayer de modelos y actores para una sesión fotográfica y el rodaje de un anuncio para Bet-at-home, la casa de apuestas que patrocina al club.

Aki, Tissone, Aouate, Hemed, Nunes, Pau Cendrós, Crespí, Zuiverloon, Nsue, Alfaro y el propio Joaquín Caparrós demostraron que se sienten más cómodos rodeados de césped y con un balón que ante los objetivos de las cámaras. Las bromas empezaron de inmediato justo cuando acabaron de maquillar a Nsue, que fue el centro de las críticas por la extrañeza que les producía que su rostro no fuera el de siempre. De hecho, algunos le rogaron a la maquilladora que no hiciera lo mismo con ellos e insistían en que no hacia falta que le pusieran los polvos encima. No todos lo consiguieron. Una de las casas de Son Bibiloni se convirtió en el improvisado plató en el que debían trabajar. Y la temática de la sesión añadió más risas a la mañana, ya que debían participar en tres juegos de aquellos de los de toda la vida y que a buen seguro que muchos de ellos ni se acordaban. Incluso Aki, al ser japonés, ni los conocía, pero no dudó en aprenderlos rápido.

El primero fue el del patito inglés. Un actor disfrazado de árbitro era el juez de este juego en el que perdía el que se movía cuando el supuesto colegiado se girara. No hubo ganador, pero hasta en ese instante se evidenció el carácter competitivo de los protagonistas. Pero quizá el más divertido fue el de la gallinita ciega. Zuiverloon, Aki, Cendrós y Ramis fueron tapádonse los ojos sucesivamente con un venda y debían atrapar al resto después de ser desorientados con varias vueltas sobre sí mismos. Las collejas e incluso algunas patadas, sin ninguna fuerza, no faltaron en ese momento. Incluso al nipón le pusieron la misma venda en la frente, como si fuera un samurai, con la que improvisó movimientos de artes marciales.

Para terminar, Aouate tenía que romper una piñata con forma de balón con un palo, también con la vista tapada, que fue objeto de muchas burlas. Finalmente lo consiguió y repartió los caramelos. Caparrós aplaudió a sus pupilos, pero seguro que espera que lo hagan mejor en el campo. El resultado el rodaje seguro que no saldrá en los cines.