Dicen que el incendio se ha apagado, al menos de momento, aunque parece que a la fuerza. Pedro Terrasa seguirá como director general del Real Mallorca, según el entorno de Llorenç Serra Ferrer, por la amenaza de los administradores concursales a destituir a todo el Consejo si le cesaban de sus funciones. Esto se traduce en que el gestor le ha ganado el pulso al máximo accionista cuando precisamente estaba en aparente minoría para continuar en el puesto. ?

?Una versión muy distinta es que le ofrecieron ayer el propio máximo accionista, el presidente Jaume Cladera y el también consejero Utz Claasen a los medios de comunicación más de seis horas después del inicio de la reunión en el Iberostar Estadio. "Terrasa ha expresado su lealtad al proyecto, que ha sido aceptado por el resto, mientras que Biel Cerdà y Miquel Coca le han pedido disculpas", explicó Cladera, que se preocupó de dejar claro que la fractura entre los rectores del club se había solventado. "Las discrepancias quedan totalmente enterradas", subrayó en una abarrotada sala de prensa de Son Moix. El dirigente se refería a las graves acusaciones de Coca a Terrasa vertidas en DIARIO de MALLORCA el pasado viernes de liderar una "conspiración" para desbancar a Serra Ferrer en favor de otros. Cerdà tampoco se había mordido la lengua para referirse al trabajo del director general al asegurar que desde que había accedido al cargo "era un maremágnum de dramas continuos". Tres días después aquellas contundentes críticas quisieron olvidarse con la petición de "perdón" de los dos consejeros, aunque da la impresión de que solo es de cara a la galería. De hecho, según ha podido saber este periódico, Coca, que posee un 2,5 por ciento de las acciones, medita seriamente su dimisión en un plazo no muy largo después de este episodio en el que ha ejercido el papel de coprotagonista. ???

?Terrasa sigue en el Mallorca en contra de la opinión de Coca, más allá de las disculpas que ayer le presentó frente al resto de miembros del Consejo. Sin ir más lejos, había manifestado que la solución a la guerra civil que vivía el club era que se marchara Terrasa o ellos y no lo que ha acabado sucediendo. Sabía que no podía hacer frente a la voluntad de Pedro Mir, José Miguel Creguenzán y Sebastià Frau de instar a la jueza Encarnación González a que destituyera a todo el consejo si se prescindía del director general. Los administradores, que estuvieron presentes durante toda la maratoniana reunión, aunque no intervinieron, según explicó Cladera, no quisieron dar ninguna concesión al bando liderado por Serra Ferrer. "Ahora somos todos uno", apuntó Cladera. La paz sigue en tela de juicio.