La natación balear sacó pecho en Shanghái. La deportistas mallorquinas estuvieron entre los destacados de la decepcionante actuación española en los Campeonatos del Mundo. "Nos vamos con buen sabor de boca", espetó ayer la catalana Mireia Belmonte tras ser cuarta y rozar el bronce en la última jornada de competición. La frase sonó a justificación. A demasiado poco para una delegación española que cierra su comparecencia en el continente asiático sin medallas en natación, sinpodio en waterpolo y con la prevista alegría de seguir acumulando medallas en sincronizada.

Fueron precisamente las ´sirenas´ españolas las únicas en cumplir con los objetivos. Quizás con más premio de lo esperado, como confirmó la mallorquina Marga Crespí al aterrizar en Palma hace una semana.

Dos medallas de bronce consiguió la deportista del CN Mediterránea con el equipo español, que acumuló seis (una plata y cinco bronces). "El objetivo son los Juegos Olímpicos y toda la preparación va encaminada a Londres 2012", reconoció.

En esa cita estará Maria Fuster, la nadadora del CN Palma, que consiguió la mínima con el equipo en el relevo 4x100 estilos. Fue la gran alegría del delegación española. La marca (4:03.98) significa un nuevo récord de España y asegura, a priori y salvo lesiones o decisión en contra de los técnicos de la Federación Española, la presencia en Londres 2012 de Fuster junto a Duane da Rocha, Marina García y Judit Ignacio.

Melanie Costa (Palma) también brilló en Shanghái. La mallorquina cumplió con creces. Se metió en la final de los 800 libre y batió el récord de España en los 200 libre –también fue finalista– por dos veces, dejándolo en 1:57.83.

Por último, cabe destacar la actuación de Blanca Gil con el equipo femenino de waterpolo. La mallorquina, que juega en Italia y es la capitana de la selección, brilló en estos Campeonatos del Mundo, quedando máxima goleadora del torneo, aunque su actuación no fue suficiente para que España luchará por las medallas o la clasificación olímpica. De hecho, la undécima posición final fue más que decepcionante.