El legendario Andreu Trobat Garcías falleció ayer a los 85 años en Algaida, su localidad natal. Tras sufrir una larga enfermedad, su muerte puso fin a la trayectoria vital de uno de los grandes del ciclismo mallorquín y una persona entrañable. Un auténtico campeón y el ciclista balear con más ediciones del Tour de Francia disputadas, con cuatro, al igual que Toni Tauler. Un ejemplo de profesionalidad sobre la bicicleta y uno de los protagonistas de grandes momentos del ciclismo de antaño. De los tiempos de mitos como Fausto Coppi, Federico Martín Bahamontes y Jacques Anquetil. Una persona muy apreciada y querida en Algaida, donde el pabellón polideportivo lleva su nombre y durante años se imprimieron calendarios con fotografías de sus múltiples triunfos.

Conocido en su época como el ´ciclista ruiseñor´, por su afición y buenas dotes para el canto, en su época fue considerado como uno de los mejores gregarios del mundo. Una circunstancia que le llevó a disputar seis ediciones de la Vuelta a España y tres del Giro de Italia, además de sus cuatro Tours.

Nacido el 4 de diciembre de 1925, fue profesional entre los años 1948 y 1960. Se retiró a los 37 presentando en su palmarés como victorias más destacadas el título en Avilés de campeón de España de fondo en carretera, de 1952, y un triunfo de etapa en la Vuelta a España del año 1950, coincidiendo con una contrarreloj individual.

Íntimo amigo de Bernat Capó, primer ciclista mallorquín participante en el Tour (1949), mantuvo también una estrecha amistad con Andreu Oliver, empresario y promotor deportivo. Entrañable y bonachón, convivió con leyendas del ciclismo mallorquín como Antoni Gelabert, al que ayudó a finalizar décimo en la general del Tour de 1952, así como con Xisco Alomar, Miquel Bover y Miquel Gual, recientemente fallecido.

Andreu Trobat recordaba con especial cariño su debut en el Tour de Francia, con 27 años y en la misma temporada que se proclamó campeón de España. Una edición de la gran ronda francesa en la que se impuso el mítico Fausto Coppi y en la que el algaidí trabajó a lo largo de 23 etapas para que Bernardo Ruiz, jefe de filas de la selección española, finalizase tercero y subiese al podio de París. Una gran labor que le llevó a repetir experiencia en 1953 y 1954, ediciones que registraron la victoria de Louison Bobet. En 1957 no finalizó la ronda.