Habría que preguntarle a Manzano si el partido de esta tarde es de la Liga del Sevilla o, por el contrario, es de la del Mallorca. Traemos la incógnita a colación porque en la cuarta jornada del pasado campeonato y en vísperas de jugar en el Ramón Sánchez Pizjuán, el entonces entrenador bermellón afirmó que aquel no era un partido de la competición reservada a su equipo. Le fallaron sus dotes de adivino si tenemos en cuenta que, a la vuelta de las treinta y ocho jornadas de rigor, la diferencia entre uno y otro era de un punto. No así aquella aciaga noche en que los goles y los puntos se quedaron en Nervión.

Partiendo de aquella hipótesis y de su preclara mente, estaríamos en condiciones muy parecidas, por lo que no debería sufrir mucho el jienense ante la visita de este Mallorca experimental en el que Víctor sale de su castigo, o eso cabe pensar, y Tejera vuelve al filial para intentar subir al cielo desde el infierno.

El peligro andaluz suele venir por las bandas, aunque sin Navas y Capel no son las mismas. Aún así, bien haría Laudrup en mentalizar a sus jugadores para que procuren taparlas lo mejor que sepan para dificultar el suministro de balas a artilleros tan resolutivos como Kanouté, Negredo o Luis Fabiano.

Por lo que a nosotros concierne todos los encuentros son de la misma Liga. De no ser así el Mallorca tendría cinco puntos menos de los que atesora en este momento y sería preocupante.