El Govern balear estudia fórmulas para obtener compensaciones, tanto económica como deportivas, por la fuga de sus promesas. Las salidas en los últimos años con destino a clubes de la Península de jugadores de baloncesto formados en el Centro de Tecnificació de les Illes Balears (CTEIB) ha encendido las alarmas de los dirigentes deportivos, que han observado cómo los equipos de la comunidad no sacan beneficio del esfuerzo realizado con los jóvenes talentos isleños.

Además, la actual crisis económica ha dejado sin margen de maniobra a los clubes de Balears, que han visto como el mayor poder de otras entidades, como pueden ser los casos del Cajasol Sevilla o Unicaja Málaga, les han dejado sin opciones de contar con los mejores jugadores.

Y lo que es más grave, tampoco existe posibilidad de competir a nivel deportivo para que las promesas prefieran quedarse en casa en lugar de aventurarse a progresar en la península. En féminas, el PDV ibicenco y el Joventut Mariana de Sóller sí son opciones reales, aunque en el plano económico no haya recursos.

Es, sobre todo, en categoría masculina donde la precariedad de clubes a alto nivel ´invita´ a los jugadores a emigrar. Con el Bàsquet Mallorca subsistiendo en la LEB Plata, solo el Menorca de la ACB ofrece la posibilidad de llegar a la elite; eso sí, las urgencias de salvación impiden apuestas arriesgadas.

Curiosamente, esta temporada sí se ha aventurado el conjunto menorquín a incorporar a una promesa balear: Miki Servera. Aunque no todo es alegría, el base mallorquín está cedido ya que pertenece al Unicaja Málaga. Ha sido ésta una de las salidas más llamativas de un jugador del CTEIB en las últimas temporadas.

El Centre acoge un programa de tecnificación bajo el amparo del Govern (a través de la Escola Balear de l´Esport, EBE) y gestionado por la Federación Balear de Baloncesto. Al deporte balear le cuesta dinero mantener y enseñar a las promesas, aunque hasta la fecha nadie se había preocupado en exceso por esta cuestión, ya que, con la ley en la mano, los jóvenes deportistas quedan libres al finalizar la temporada hasta que cumplen los 16 años. Y después de esa edad, casi ninguno se decide a estar más de un año comprometido.

La intención del Govern, de la Delegació d´Esports (y de la EBE) es conseguir algún tipo de contraprestación por los jugadores que ha formado en el seno del CTEIB, ya sea económica o deportiva, tanto del jugador como del club que le ficha (participación en campañas del Govern, partidos en las islas, etc.). El proyecto está por ahora en fase embrionaria, pero ya está en marcha.