La excelente progresión de Sergio Tejera se ha convertido en un problema que debe resolverse en la planta noble de Son Moix. El Mallorca deberá pagar 100.000 euros al Chelsea cada vez que el centrocampista juegue diez partidos oficiales, una cláusula poco habitual y que puede perjudicar su carrera. La cantidad máxima que debería desembolsar el club sería el de 600.000 euros si el jugador alcanza los sesenta encuentros. A partir de ahí ya no tendría que pagar más por un futbolista, formado en el Espanyol, por el que no se desembolsó ni un céntimo a su llegada.

En el contrato firmado en junio de 2009 con los londinenses, con Mateu Alemany en la propiedad, se incluyó este artículo que ahora abre un debate acerca de si es posible hacer un esfuerzo económico para que Laudrup siga alineando al catalán. Con la falta de liquidez de la caja mallorquinista, se antoja muy complicado que la entidad pueda afrontar este gasto.

La respuesta solo la tiene el vicepresidente Llorenç Serra Ferrer y el resto de miembros del Consejo de Administración, que están preocupados ante al desenlace de este asunto. Incluso en el caso de que aprobaran el ingreso de este dinero, quizá los administradores concursales podrían frenarlo al no considerarlo favorable para el beneficio de la masa de acreedores. Otro aspecto a tener en cuenta ya que la situación del club obliga a justificar cada euro que se gasta. Paradójicamente, la decisión de dar minutos a Tejera no será técnica, por lo que no estará en las manos de Michael Laudrup.

Hasta el momento Tejera ha disputado tres partidos. Eso significa que solo podría jugar seis más sin tener que pagar. Al décimo tocaría pasar por caja. El mediapunta, que llegó de la mano del todavía director deportivo Nando Pons, no ha pasado desapercibido en sus primeros encuentros en la elite. Ha dejado detalles para tener en cuenta, aunque tiene margen de mejora. Solo tiene 20 años y mucho talento en las botas. Laudrup no ha querido precipitarse con él, ya que durante los dos primeros meses de competición jamás entró en una convocatoria, por mucho que entrenara con ellos desde julio. Tejera incluso fue uno de los elegidos para realizar la concentración de pretemporada en Ermelo (Holanda), aunque su concurso no pasó de discreto. Jaume Bauçà, técnico del filial, le acogió, aunque sabía que sería temporalmente.

De hecho, en su primera aparición con los mayores ya colaboró decisivamente en la elaboración del gol. Fue en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Sporting de Gijón. Lanzó magistralmente una falta en la que colocó el balón en la cabeza de Rubén, que remató para marcar el 3-1 definitivo. Ahí muchos aficionados le descubrieron. En Zaragoza saltó en los minutos finales de un partido que acabó perdiendo el Mallorca en el 95 y en el que no pudo impedir la remontada. Pero este jueves en El Molinón volvió a gustarse. Dio una magnífica asistencia de gol a Nsue con un pase al hueco, pero lo mejor es que hizo jugar al equipo e imprimió su estilo. Ahora está por ver si podrá seguir creciendo como bermellón.