Por si alguien tenía dudas, Jorge Lorenzo se despidió a lo grande, de la mejor manera. En lo más alto del podio. Por novena vez esta temporada. La mitad de las carreras que ha disputado las ha ganado, en una demostración de que ha sido el mejor del Mundial de Moto GP de principio a fin.

Lorenzo, un ganador nato, que no se conforma con la segunda plaza si puede ser primero, le tenía ganas al circuito de Cheste, en donde el pasado año solo pudo ser tercero. Desde ayer, al indiscutible campeón del mundo, el hombre que ha destronado al imbatible Valentino Rossi –el mejor piloto de la historia–, ya solo le quedan Alemania y el recién estrenado Motorland de Aragón para poder presumir de haber ganado en todos los circuitos que componen el calendario del Mundial.

Ayer, apoyado por miles de incondicionales, los ´espartanos´, ganó prácticamente desde el asfalto. Porque no se puede definir de otra manera la acción que protagonizó Lorenzo. Era la séptima vuelta y el mallorquín circulaba junto a Stoner, Rossi, Pedrosa y Simoncelli. Fue con éste con el que se tocó en una curva. Solo la pericia de Lorenzo, que todavía no se sabe cómo supo enderezar su moto, impidió que sus huesos contactaran con el suelo. Tras no dar crédito a que siguiera en carrera –sus gestos con la cabeza fueron evidentes–, se rehízo. Y de qué manera. En la décima vuelta adelantó a Rossi para dejarle claro una vez más que el que manda esta temporada es él y nadie más que él. Junto al italiano y el dominador Stoner, los tres marcaban los mismos tiempos, 1.33.03. Los tres fenómenos en un pañuelo. Pedrosa, finalmente séptimo, posición que le permite conquistar el subcampeonato, ya hacía varias vueltas que se había quedado, seguramente por su falta de sensibilidad en su mano izquierda.

La carrera seguía avanzando. Hasta que a diez vueltas para el final Rossi se quedó. Era a partir de ese momento un mano a mano entre Stoner y Lorenzo. Que duraría poco porque el de Palma, a ocho vueltas del final, adelantó al australiano de Ducati, el próximo año en Honda, y enfiló el camino de la victoria entre los vítores de sus incondicionales, entregados a su ídolo. La carrera ya fue un monólogo de Lorenzo, que a cada vuelta aumentaba su difeferencia sobre un entregado Stoner, que se conformaba con la segunda plaza.

La emoción, por llamarlo de alguna manera, estaba centrada en la lucha por la cuarta plaza, que disputaron con continuos adelantamientos Spies y Dovizioso. Finalmente se llevó el gato al agua el primero. Lorenzo entró en línea de meta haciendo el ´caballito´ y celebrando su victoria como si hubiera sido la que le daba el título. "Estoy más emocionado que cuando gané el título en Malasia", comentó nada más bajarse de la moto, de una Yamaha que ha funcionado a las mil maravillas durante toda la temporada.

Lo más difícil

Lorenzo, a sus 23 años, ha conseguido su gran objetivo. Ahora le viene lo más difícil en el deporte, mantenerse en lo más alto. A tiro de piedra tiene varios registros que le pueden aupar como uno de los más grandes en la historia de este deporte. Su pasión por ganar, su carácter insaciable, la máquina competitiva que tiene en sus manos y lo mucho que ha aprendido a manejar la moto, le dan un plus para alcanzar todo lo que se proponga. La próxima temporada, con Rossi y Ducati y Stoner en Honda como compañero de Pedrosa, se presenta apasionante

El circuito de Cheste cerró el telón de la temporada más exitosa en la historia del motociclismo nacional, ya que Jorge Lorenzo, Toni Elias y Marc Márquez coparon las victorias en sus respectivos Mundiales dando un poco más de brillo al deslumbrante momento que atraviesa el deporte español.

Lorenzo y Elías sellaron sus respectivos triunfos en los Mundiales de MotoGP y Moto2 hace un mes en Malasia y ayer solo restaba conocer el nombre del otro español que iba a inscribir su nombre en el palmarés de 2010, Marc Márquez o Nico Terol. El piloto catalán templó los nervios y tiró de sangre fría para completar una carrera prudente que le catapultó hacia su primer Mundial.

A Márquez le bastaba con ser octavo sobre el trazado valenciano y finalmente concluyó cuarto, dando la impresión de que podría haber conquistado la victoria cómodamente. El joven piloto de Ajo Motorsport levantó el pie del acelerador en varias ocasiones e incluso dejó pasar descaradamente a Pol Espargaró porque sabía que la prudencia le otorgaría un premio mayor.