Sobraban las pintadas en los muros exteriores del Estadio Balear. Estos ultras de pacotilla, al hilo de sus conductas miméticas, olvidan que hace tiempo que los Boixos Nois no entran en el campo del Barça y los Ultra Sur han desaparecido del diccionario mediático del Real Madrid. Eso, por una parte. Por la otra, querer dotar de enemistad histórica un Atlético Baleares-Mallorca B, es como vestir con ropajes de derbi un Atlético de Madrid-Castilla o un Espanyol-Barça B.

No obstante hemos echado de menos un comunicado oficial desde la planta noble del Iberostar Estadi, con permiso de los administradores concursales, desmarcándose de la provocación pueblerina bien desmarcándose de ella o bien condenándola. Claro que históricamente en el Mallorca siempre ha faltado cintura y una política clara y menos errática e improvisada en materia de comunicación. El problema viene de lejos.

Así que cabe esperar que las fuerzas de seguridad mantengan a los cuatro descerebrados, ninguno solo por supuesto, a buen recaudo y la sangre no llegue al río entre otras cosas porque, como decía César Rodríguez, antiguo entrenador del Mallorca y jugador del Barça, en Palma no hay río ni sangre.