Michael Pereira (París, 1987) es consciente de que está viviendo el momento más importante de su carrera. Acaba de aterrizar en la elite, pero en su discurso parece que todavía no es suficiente. "Tengo ambición, quiero jugar y demostrar mi calidad. Tengo potencial para reforzar el equipo. Está muy bien ser el hombre número doce del equipo, pero puedo hacer un poco más", afirmó ayer ante los periodistas en la sala de prensa de Son Bibiloni.

El francés está de moda. La lesión de Castro le ha abierto las puertas de la titularidad y él ha respondido con un buen rendimiento. El pasado lunes marcó su primer gol como profesional frente al Levante, una acción que le inyecta una buena dosis de moral para el futuro. "Yo estaba en movimiento con Nsue, De Guzmán y Webó en esa acción. A partir del momento en que Emilio le dio con la cabeza, rematé con la punta de la bota. Tuve mucha suerte. Un gol es un gol, no fue un golazo pero fue el primero y me acordaré toda mi vida de él", explicó orgulloso.

Pereira confía a ciegas en sus posibilidades. Siempre lo ha hecho. Llegó al filial sin hacer ruido desde el Alfortville, un equipo de la Tercera División francesa. Su sueño era ser profesional y, aconsejado por su agente Franco Nicola, creía que el Mallorca podría ser su trampolín. No se equivocó. Se ganó rápidamente la confianza de Jaume Bauçà. Su potencia y talento no pasó desapercibida para nadie, a excepción de Gregorio Manzano, que apenas le llamó un par de veces para entrenarse con los mayores, pero con la llegada de Serra Ferrer al club cambió todo.

En verano ya hizo toda la pretemporada con el primer equipo y convenció a Laudrup de que no había sido ningún regalo. Se merecía estar ahí. En Holanda deslumbró, aunque en Liga solo había dejado algún destello. Hasta el pasado lunes. "Es un partido de referencia. Jugué noventa minutos, lo que quería porque es más tiempo para demostrar y aportar al equipo. Fue un partido difícil para todos y al final lo ganamos", dijo. No solo está feliz por su tanto, sino porque sabe que le salió un buen partido. Ya fuera por la banda derecha o la zurda del centro del campo, Pereira entró mucho en juego. Ahora desea más continuidad en Primera División. Ya se ha olvidado de la Segunda B, aunque ayer soltó una ´perla´ que arrancó la sonrisa de los presentes. "Entrenaba más con el míster del filial", dijo en tono jocoso.

No le queda otra que tener paciencia, aunque tiene muchos números de ser titular el domingo en La Romareda. "Sabemos que será muy difícil y por eso teníamos que sumar puntos contra Levante en casa. Viajamos para ganar", concluyó.