El Atlético Baleares cumplió ayer, por la vía rápida, su claro objetivo, el ascenso a Segunda B. Ahora toca no repetir errores pasados y consolidar, como mínimo, una categoría que se merece un club que tiene una gran afición, que ya no tiene por qué esconderse a la hora de airear sus preferencias balompédicas. El futuro es blanquiazul.