Si el invento de jugar los lunes sirve para que las teles obtengan más beneficios, me temo que poco o nada recaudaran. El "espectáculo" ofrecido ayer por parte de Tenerife y Mallorca resultó a ratos esperpéntico. Y si nos ceñimos al ofrecido por el grupo de Manzano, peor que peor. No dudo que el equipo quiso, pero es evidente que ni supo ni pudo.

El Tenerife, otro de los de abajo, no pasó prácticamente por ningún apuro. Parece que la crisis de diciembre se ha instalado definitivamente a Enero y Febrero, sobre todo lejos de Son Moix. Es increíble el contraste que ofrece el equipo cuando juega fuera de Palma.

Al margen del gol en fuera de juego del tinerfeño Nino, el Real Mallorca fue incapaz de crear una sola jugada digna de lo que se les supone a unos futbolistas de Primera División. Otro detalle importante y sintomático: el cambio de Aduriz por varela a falta de diez minutos para la conclusión del encuentro. El delantero ni las huele, pero tampoco lo hace Gonzalo Castro. Tanto el uruguayo como el vasco firmaron otro partido para olvidar, y ya van unos cuantos.

El próximo sábado el Mallorca tendrá que cambiar de disfraz. Porque el Sevilla no es el Tenerife.