Espléndido control orientado con el pecho y disparo cruzado con la zurda. Dos a uno. Pocos minutos en el campo. Víctor merecía un gol así, un gol de tres puntos, un gol que hace justicia a su temporada, un gol que permite al Mallorca seguir en racha y sumar su sexta victoria consecutiva en Son Moix.

Los de Manzano gozan de un estado de gracia difícil de explicar. Una pegada demoledora, una dinámica ganadora que convierte en gol cada llegada, cada tiro a puerta. Más goles que oportunidades, más puntos que fútbol. Los futbolistas de Hugo Sánchez y el propio míster mejicano no se lo podían creer. Habían perdido. Posesión del balón, mando del partido, diecisiete tiros a puerta y una punta izquierda, Piatti, que volvió loca a la zaga bermellona y que se convirtió, de lejos, en el mejor jugador del partido.

Aún así la victoria del Mallorca no es ni injusta ni inmerecida. Los de Manzano saben jugar sus armas: iniciativa al rival, fe y contra demoledora. Si Keita brilló en Copa contra el Valladolid, ayer destacó Castro que ya está listo para ser titular, con velocidad, con resistencia física y que de ser promesa se ha convertido en fulgurante realidad. Aparece por todas las zonas del campo, quiere la pelota, la aguanta, descarga al equipo, tiene gol y posee una zurda que vale su peso en oro. Aouate, con sus paradas, hizo el resto.