Mateu Alemany empieza su tercera etapa en el Mallorca con el pie apretado en el acelerador. Es consciente de que se le va a acumular el trabajo, pero juega con la ventaja de la experiencia. Los próximos días del nuevo propietario de la entidad mallorquinista se prevén frenéticos por la abundancia de trabajo y de asuntos pendientes por resolver. Y ya se ha marcado un libro de ruta que piensa seguir a rajatabla para devolver la normalidad al club, aunque sea de forma provisional.

La primera medida a resolver por Alemany es el pago a la plantilla, tanto del primer equipo, como del filial y categorías inferiores. A los jugadores se les debe la nómina de noviembre y las primas por las victorias ante el Getafe y Racing y el empate ante el Atlético de Madrid, en total 210.000 euros. A todo esto se les adeuda un pagaré de la temporada pasada, que la plantilla aceptó cobrar a plazos. Este es el primer objetivo, consciente Alemany de que el mayor elemento desestabilizador de una plantilla de futbolistas es dejar de cobrar.

El club espera ingresar en los próximos días de Mediapro 1,3 millones de euros, que es la cantidad que paga cada mes la productora de televisión. De esta cifra, unos 900.000 euros van destinados a abonar lo que se debe a los jugadores de la pasada temporada.

La otra gran medida que adoptará Alemany, al igual que hiciera el pasado mes de enero, cuando entró en sustitución de Vicenç Grande, es encargar una auditoría de los escasos 95 días que ha estado al frente de la entidad la familia Martí Mingarro. La gestión de Javier Martí Asensio, que como consejero delegado tomaba todas las decisiones, quiere ser examinada con lupa por la nueva propiedad para evitar encontrarse con cualquier sorpresa desagradable.

Mantener el equipo

Por último, atajó en la rueda de prensa de su presentación cualquier duda sobre la posibilidad de que alguno de los mejores jugadores sea traspasado en el mercado de invierno. Alemany invitó a quien quisiera que examinara su trayectoria en este aspecto "y verá cuál a sido mi norma en este sentido". Por lo tanto, el poseedor del 94 por ciento de las acciones del Mallorca tiene claro que no dejará a Manzano sin alguno de sus hombres más importantes porque es consciente de que, al margen de la gravedad de la situación económica, la primera consigna es que el club se mantenga en Primera. De hecho, se congratuló de que la buenta trayectoria del equipo sea prácticamente la única buena noticia de todo lo que rodea a la actualidad del Mallorca.