La lesión de Iván Ramis desequilibró un partido que el Mallorca no mereció perder. Tras el tirón muscular del de Sa Pobla, Manzano le pidió al central que aguantara al máximo consciente de que su ausencia trastocaría el equilibrio y la solidez defensiva del equipo. Con Nunes descansando plácidamente en Palma no había sustituto natural en el banquillo.

El gol tempranero del Valladolid fue rápidamente neutralizado por un Mallorca que a pesar de jugar con futbolistas poco habituales no cambió sus señas de identidad. Serio atrás, entregando la iniciativa y contragolpeando con peligro. Jugadores como Mationi, Pezzolano y Bruno China tuvieron su oportunidad y a fe que no desentonaron pese a la derrota. Le demostraron al técnico que puede contar con ellos para cuando lo crea conveniente. Mattioni es un portento físico, Pezzolano mostró buenas maneras y Bruno Chuna tuvo peso en el centro del campo.

Sólo la lesión de Ramis y el desigual criterio arbitral permitieron a los de Pucela desnivelar el marcador. Frente al clamoroso penalti sobre el guineano Keita, Iturralde González y Muñiz mostraron dos formas de interpretar la expulsión y un mismo fin: el perjuicio del Mallorca. A los rojillos no les queda otra que dar por bueno el resultado y esperar que el gol de Martí, en la vuelta, valga su peso en oro.