Hace un año, la propiedad del Real Mallorca debía haber quedado en manos del inglés Paul Davidson, pero el ´Fontanero´ no ejecutó su oferta de 46 millones de euros y desapareció tras pasar un verano de película en Mallorca, saqueando las bodegas mallorquinas que le abrieron sus puertas y dejando con un palmo de narices a un Vicenç Grande que tocó fondo con la mofa del británico. El reconocimiento de una deuda neta de unos 40 millones de euros rebajó notablemente, hasta poco más de cuatro, el precio de compra de la sociedad que ejecutó ayer el que fuera decano de los abogados de Madrid, Luis Martí Mingarro, y su hermano Javier.